Castilla y León padece una plaga de topillos que ya ha afectado a más de 400.000 hectáreas

Los roedores han atacado ya cultivos de secano, plantaciones de regadío e incluso los primeros viñedos
Por EROSKI Consumer 20 de julio de 2007

Castilla y León se enfrenta a una plaga de topillos desde el pasado mes de octubre, cuando se detectaran los primeros casos en la comarca de Tierra de Campos, al norte de la provincia de Valladolid y en la zona de Palencia. Desde entonces los pequeños roedores han atacado los cultivos de secano, las plantaciones de regadío e incluso los primeros viñedos en algunas de las zonas de la Denominación de Origen Toro (Zamora) y Rueda.

Las hectáreas afectadas son ya más de 400.000, lo que ha disminuido considerablemente una producción que prometía ser histórica debido a las excelentes condiciones meteorológicas que se han dado todo el año, según datos aportados por las organizaciones agrarias.

El crecimiento exponencial de estos roedores se ha debido fundamentalmente, por un lado, al grano suelto provocado por el pedrisco caído durante el pasado año -con el que han tenido el alimento asegurado-, y por otro, a la escasez de heladas durante el invierno, que ha evitado que se detuvieran los ciclos reproductivos, según explicó el director general de Producción Agropecuaria del Gobierno regional, Baudilio Fernández-Mardomingo. Otro de los factores a tener en cuenta es la rápida proliferación de estos animales. Las hembras paren cada 32 días y a los 30 días de vida ya son fértiles.

Tras las primeras denuncias de los agricultores, que veían como las huras se multiplicaban en sus tierras sin control, el Gobierno regional permitió a finales de 2007 su tratamiento con clorofacinona, un veneno autorizado por la UE. Sin embargo, este remedio tuvo que suspenderse por las demandas de los grupos ecologistas, por lo que los agricultores se vieron de nuevo indefensos ante un problema que se multiplicaba de forma exponencial. «La mayor plaga histórica que se conocía en España era de 400 topillos por hectárea, y ya en los primeros meses del año teníamos mediciones aquí de hasta 1.000 y 1.300 topillos por hectárea», denunciaba hace unos días el responsable de UCCL-Coag, Ignacio Arias.

Además, desde hace algunas semanas los agricultores denuncian el riesgo que supondría para la salud humana el hecho de que no se erradicase, a la mayor brevedad posible, esta plaga. De hecho, la Consejería de Sanidad admitió el pasado martes la existencia en la provincia de Palencia de dos casos de contagio de tularemia a humanos, una enfermedad infecciosa cuya principal vía de contagio es el contacto directo con el animal enfermo o muerto, fundamentalmente a través de la piel. El total de casos de tularemia desde octubre asciende a una veintena.

La Comisión Delegada para el Desarrollo Rural de Castilla y León dio luz verde el pasado martes, a la vista de la gravedad que está adquiriendo este asunto, a un plan de choque que contempla el volteado de la tierra en profundidad y la quema de rastrojos, una medida excepcional en periodo veraniego.

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