Cinco consejos para lograr un hogar más ecológico

Los ciudadanos pueden asumir diversas prácticas en sus casas para ser más sostenibles y ahorrar dinero
Por Alex Fernández Muerza 18 de junio de 2015
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Los consumidores pueden hacer mucho más de lo que creen por combatir el cambio climático, la contaminación o la sobreexplotación de los recursos naturales. En su vida cotidiana, en sus casas, pueden aplicar diversas medidas ecológicas que contribuirán a mejorar el medio ambiente y, de paso, les hará ahorrar dinero. Este artículo señala cinco consejos para lograr un hogar más ecológico.

1. Sustituir las bombillas incandescentes por otras de bajo consumo

Las bombillas incandescentes malgastan mucha energía y duran poco: se estima que solo el 5% de la energía que consume un modelo típico de 100 vatios (W) se traduce en luz (el 95%, en calor que se desperdicia) y con una vida útil de 1.000 horas. La Unión Europea (UE) ha aprobado una normativa para su retirada progresiva del mercado que culminará en septiembre de 2016.

Los consumidores pueden hacer mucho más de lo que creen por el medio ambiente desde sus hogares
Las bombillas de bajo consumo son buenas para el medio ambiente y para los bolsillos, porque son más eficientes (aprovechan mucho mejor la energía para dar luz) y duran más tiempo que las incandescentes. En el mercado se pueden encontrar diversos modelos, como las lámparas compactas fluorescentes (CFL), las de quemador halógeno o las LED. En cualquier caso, sean eficientes o no, solo hay que encenderlas cuando sea necesario: la energía más limpia es la que no se utiliza.

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Imagen: Steven Depolo

2. Utilizar envases y productos reutilizables

Frente al usar y tirar y sus consecuencias negativas, la reutilización de envases y productos alarga su vida útil y proporciona una reducción de residuos y un ahorro para la economía doméstica.

Las formas en las que se puede reutilizar en el hogar son muy diversas: bolsas de tela -y no de plástico de un solo uso-, envases de aluminio o acero para conservar alimentos, botellas de vidrio para guardar y servir el agua en lugar de la embotellada, trapos de tela en vez de papel de cocina, baterías recargables, etc.

3. Instalar sistemas de ahorro de agua y energía

El agua y la energía son recursos básicos cuyo derroche daña al medio ambiente, además de suponer un gasto económico considerable. Por ello, solo hay que consumirlos cuando sea imprescindible y mediante diversas acciones que logren uso sostenible de los mismos.

En el caso del agua se pueden tomar duchas de cinco minutos en lugar de baños, lavar la ropa con programas de agua fría, utilizar lavavajillas de alta eficiencia para reducir el consumo de agua y energía, evitar las pérdidas de agua de grifos, instalar sistemas economizadores de agua, etc.

En cuanto a la energía, las posibilidades de ahorro son también diversas: emplear electrodomésticos de alta eficiencia energética; instalar sistemas renovables para conseguir electricidad o agua caliente, como placas fotovoltaicas o con sistemas solares térmicos; apagar los aparatos que estén en modo «stand by»; utilizar microondas en vez de horno; aprovechar el calor residual para cocinar y no tener encendido todo el rato la placa; mejorar el aislamiento del edificio para que no se escape el calor en invierno, ni suba en exceso la temperatura en verano; tender la ropa al aire libre en lugar de usar secadora, etc.

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Imagen: Daniel Lobo

4. Reciclar y compostar los residuos

El reciclaje evita llenar los vertederos y la extracción de nuevas materias primas, además de que reduce el consumo de energía y la emisión de gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático. Asimismo, con los materiales reciclados se pueden hacer nuevos productos. Por ello, los habitantes de una casa respetuosa con el medio ambiente deberían tener una zona destinada a guardar los residuos separados para poderlos llevar luego al contenedor adecuado.

El compostaje es un sistema que transforma la basura orgánica en un material capaz de enriquecer plantas y cosechas o de luchar contra la contaminación. Un sencillo contenedor, unos cuantos consejos y un poco de paciencia son suficientes para que cualquier persona composte en su casa.

5. Utilizar productos de limpieza ecológicos

La despensa de los consumidores se ha llenado de gran cantidad de productos del hogar industriales que parecen imprescindibles. Sin embargo, hay alternativas ecológicas, sencillas y baratas, sin los efectos negativos para el medio ambiente y la salud de un uso excesivo de sustancias químicas nocivas. Agua, vinagre, papel de periódico, limón, jabón natural o incluso kétchup son algunos de los ingredientes básicos al alcance de cualquiera. Otra opción consiste en comprar productos comerciales libres de amoniaco o cloro, para evitar sus efectos.

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