Las viviendas con un sistema de calefacción central despilfarran energía y no satisfacen las necesidades de todos los vecinos por igual. La legislación europea quiere que los ciudadanos combatan el frío de forma más ecológica y, por eso, obligará a partir de 2016 a que todas las casas controlen de forma individualizada el consumo de calefacción. Cada vecino será consciente de lo que gasta y podrá ahorrar entre un 20% y un 30% del consumo energético, una medida positiva para el medio ambiente y la economía. Este artículo señala cinco razones para que los consumidores apliquen en sus hogares la contabilización individual de la calefacción.
1. Será una obligación legal
La Directiva Europea de Eficiencia Energética indica de plazo hasta el 31 de diciembre de 2016 para que todos los ciudadanos paguen por la energía que usan en función de los consumos reales y medidos. A partir de esa fecha, todas las viviendas de edificios con sistemas de calefacción y agua central tendrán que aplicar la contabilización individual de calefacción.
Contabilizar de forma individual la calefacción supone ahorrar entre un 20% y un 30% de la energíaEn España, alrededor de 1,7 millones de casas tienen sistemas centralizados de calefacción. Los gastos se reparten entre los vecinos a partir de criterios «escasamente rigurosos, como los metros cuadrados de la vivienda», señala Ignacio Abati, consejero delegado de ISTA España, una empresa especializada en facturación de consumos de calefacción y agua y costes relacionados.
2. Es bueno para el medio ambiente
Los edificios con sistema de calefacción central tienden a despilfarrar energía. Cuando hace mucho calor se abren las ventanas y siempre hay algún vecino insatisfecho porque no se adapta a sus necesidades. La contabilización individual permite que los hogares decidan cómo y cuándo gastar en energía y, al ser conscientes del gasto, se intenta consumir menos.
El consumo energético genera un impacto ambiental que conviene reducir. En Alemania, donde la medición individual se introdujo en la década de los 80 del siglo pasado, se han ahorrado más de 350 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2), el principal gas de efecto invernadero implicado en el cambio climático, como apunta un estudio realizado en la Universidad de Dresde y dirigido por el profesor Clemens Felsmann. Con la implantación del nuevo sistema, España evitará la emisión de 1,9 millones de toneladas de CO2, según estimaciones de ISTA.
3. Permite ahorrar dinero
La medición real del consumos de calefacción supondrá que en España se registren ahorros de 1.100 millones de euros en cinco años. Cada familia española ahorrará de media 180 euros al año, calcula ISTA. Además, según esta empresa, la medida conllevará a la creación de unos 1.500 empleos en los próximos años.
En opinión de Abati, «el cambio de mentalidad es el principio del ahorro, y el ciudadano solo podrá ser consciente de su consumo, si recibe la información desglosada por estancias de la vivienda y por la evolución».
4. Es una inversión que se amortiza rápido
La contabilización individual de la calefacción es una buena inversión con un periodo de amortización de menos de un año, calcula el responsable de Ista. Además, debido al carácter obligatorio de la medida, hay ayudas e incentivos del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE). Por su parte, algunas administraciones locales, como la Comunidad de Madrid, han presentado en fechas recientes el Plan Renove de costes de calefacción central y válvulas con cabezal termostático.
5. En otros países lo han probado con éxito
Según la experiencia de los países europeos con años de uso de este sistema, como Alemania, Bélgica, algunas zonas de Italia o Francia, y confirmado por estudios independientes, el hecho de medir y dejar al usuario que regule su consumo supone ahorrar entre un 20% y un 30% de la energía consumida en calefacción dentro del inmueble.
La contabilización individual de la calefacción se puede hacer de varias formas, en función de la distribución de energía de cada edificio. Los construidos antes de la aplicación del actual RITE (Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios) deberán disponer de contadores individuales de energía o repartidores de costes de calefacción homologados. Estos últimos son unos pequeños dispositivos que se colocan en cada radiador de la vivienda y deben instalarse por un proveedor autorizado por el fabricante. La lectura de los repartidores se realiza por control remoto-radio y la batería dura diez años.
Asimismo, los dispositivos de medición se deberán complementar con válvulas con cabezal termostatizable, para que los usuarios puedan regular el nivel de confort de sus casas.
La instalación de los repartidores tiene un coste distinto si se contrata en régimen de alquiler o de compra. Según Abati, en el 95% de los casos se apuesta por el alquiler, que tiene un precio de 0,65 euros por radiador, mientras que la compra supone un precio de 25 euros por radiador colocado.