El comercio ilegal de marfil continúa en La India a pesar de estar prohibido desde los años 70

Un estudio revela que esta práctica tiene un nuevo componente clandestino que dificulta los esfuerzos por imponer la ley
Por EROSKI Consumer 11 de julio de 2003

El comercio ilegal de marfil de elefante continúa en La India a pesar de la prohibición nacional decretada en los años 70, según un estudio llevado a cabo por Traffic, la red de monitoreo del comercio de vida salvaje del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). El comercio doméstico de marfil sigue vigente a lo ancho y largo de todo el país, pero ahora tiene un nuevo componente clandestino que dificulta los esfuerzos por imponer la ley.

El estudio de Traffic examina el comercio de marfil durante 2000 y 2001, y revela que cientos de artesanos indios usan este material como base esencial de su artesanía. «Con una demanda tanto de fuentes domésticas como de importación, las altas ganancias que se consiguen con el marfil -diez veces más que para artículos realizados con otros materiales- son un fuerte incentivo para mantener el negocio», asegura Steven Broad, director ejecutivo de Traffic.

Asimismo, la investigación demuestra que tanto extranjeros como indios compran objetos de marfil, como esculturas, joyas y también ocasionalmente sellos con nombre. También identifica un vínculo continuo entre la demanda en La India y tradiciones culturales propias de este país, que hace que se elaboren esculturas religiosas de dioses hindúes, piezas e incrustaciones de marfil y madera, así como pinturas religiosas en miniatura sobre marfil.

Las áreas de producción y colección más activas de marfil en bruto son Orissa, Assam, Uttar Pradesh y Uttaranchal, y los mercados más activos para el marfil trabajado o tallado se encontraron en Murshidabad, en el oeste de Bengala; Jaipur y Udaipur, en Rajasthan, y Kochi y Thiruvanathapuram, en el Estado sureño de Kerala. Nepal también sobresale en esta investigación como un destino internacional para las esculturas de marfil de La India.

En manos de los comerciantes

Según este informe, las cuatro fuentes más importantes de marfil bruto provienen de la caza furtiva local de elefantes asiáticos, elefantes domesticados en La India, el contrabando de marfil de elefantes africanos y las reservas de marfil antes de la prohibición en el país. Algunos de estos «stocks» permanecen en posesión de los comerciantes, pero la escasa información sobre su volumen y localización hace que no se pueda asegurar que no estén volviendo a entrar en el mercado, explica Steven Broad, por lo que «se hace necesario y urgente un recuento de estas reservas con el fin de enmendar la situación».

Otros datos recogidos por Traffic muestran hasta qué punto la prohibición del comercio de marfil no ha hecho mella en la cadena de caza furtiva, importación, artesanía y venta. Así, entre 1996 y 2001 se incautó en La India una media anual de unos 270 kilogramos de marfil bruto que, por una parte, indica que los esfuerzos por imponer la ley encontraron algunos éxitos, pero por otra no deja de demostrar la existencia de un amplio mercado.

Mercado doméstico

La existencia de un potente mercado de marfil doméstico es especialmente preocupante desde el punto de vista de que hay un incremento en la tendencia global del contrabando de marfil. Precisamente La India, junto con Kenia, se han opuesto sistemáticamente a reabrir de forma limitada y con condiciones el comercio de marfil, en el seno de las reuniones de la Conferencia de las partes de la Convención para el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (Cites).

Análisis estadísticos del Sistema de Información del Comercio de Elefantes (ETIS), presentados durante la XII Reunión Cites, celebrada en noviembre del año pasado en Santiago de Chile, indican que el comercio internacional e ilegal de marfil es directamente correlativo a la existencia de mercados domésticos no regulados a gran escala. Localizados tanto en África como en Asia, estos mercados han incrementado su actividad desde 1996. «Si queremos acabar con la caza del elefante, debemos dirigirnos hacia esos mercados en La India y en otras partes del mundo», concluye Broad.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube