El recibo de la luz deberá especificar el origen de la electricidad consumida a partir de abril

La información sobre el efecto ambiental se presentará a modo de clasificación de menor a mayor impacto
Por EROSKI Consumer 25 de febrero de 2008

A partir de abril, las compañías eléctricas deberán incluir en el recibo de la luz una etiqueta, con un diseño uniforme y oficial, que indique el origen de la electricidad vendida al consumidor y el impacto ambiental provocado en su generación. Así figura en una circular de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), publicada la pasada semana en el Boletín Oficial del Estado (BOE), que otorga al usuario el derecho a conocer ambos aspectos sobre la electricidad que consume.

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Imagen: CONSUMER EROSKI

En las nuevas etiquetas, que deberán llevar las comercializadoras y distribuidoras de electricidad, se especifica el origen de la energía consumida, las emisiones de dióxido de carbono (CO2) que genera, los residuos radiactivos asociados y su impacto sobre el medio ambiente.

La circular fue aprobada en el Consejo Consultivo de la Electricidad del pasado 7 de febrero y tras su publicación el día 21 en el BOE, entró en vigor el día 22. Las comercializadoras deberán incluir además dos gráficos de barras ordenados de la «A» a la «G», en los que la primera letra represente el mínimo impacto ambiental y la última, el máximo. El primero de estos gráficos hará referencia a las emisiones de CO2, mientras que el segundo se referirá a los residuos radiactivos.

La información sobre el efecto ambiental se presentará a modo de clasificación de menor a mayor impacto, aunque el más leve perjuicio considerado no será el cero, sino simplemente el inferior a un 35% de la media nacional. La clasificación de «mínimo impacto ambiental» (nivel A) aparecerá cuando el nivel de emisiones de CO2 o de residuos radiactivos producidos sea inferior a este porcentaje, y el nivel B cuando esté por debajo del 65%.

Etiqueta estándar

De forma paralela a la implantación de esta «denominación de origen», la CNE ha desarrollado un sistema de garantía mediante el cual los consumidores podrán acreditar ante terceros que consumen energía ‘verde’, lo que les permitirá beneficiarse de servicios de alta eficiencia.

Las etiquetas tendrán un diseño uniforme y oficial para permitir la comparación entre proveedores y facilitar la elección por parte de los consumidores

El contenido de la etiqueta es estándar en el conjunto del Estado para permitir la comparación entre proveedores y facilitar la elección por parte de los consumidores. Con el objetivo de garantizar la veracidad de los datos, la elaboración de este etiquetado corresponde a la CNE.

Con las nuevas etiquetas, dejarán de existir los kilovatios hora (kWh) genéricos y se distinguirá entre kilovatios verdes, eficientes y convencionales. Tanto la gestión del sistema de origen como del sistema de etiquetado forman parte de las nuevas funciones de la CNE con la entrada en vigor de la orden ministerial ITC 1522/2007.

La organización ecologista Greenpeace ha celebrado esta nueva medida. No obstante, ha pedido que en la próxima Ley de Energías Renovables se refuercen las exigencias para calificar el efecto sobre el medio ambiente en este nuevo formato y que se cierre la puerta a cualquier intento de engaño sobre la energía procedente de fuentes renovables.

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