España podría ceder crías de lince a Portugal para su reproducción en cautividad

El país vecino está elaborando un plan de acción para conservar al amenazado felino
Por EROSKI Consumer 21 de julio de 2003

Las autoridades medioambientales portuguesas, al igual que las españolas, están preocupadas por la conservación del lince ibérico, del que se calcula que quedan en el territorio luso entre 39 y 53 ejemplares. Con el fin de recuperar esta especie, en 1997 se comenzó a elaborar un plan de acción, realizado por el Instituto de Conservación de la Naturaleza de Portugal (ICN), que todavía está pendiente de ser evaluado por una comisión científica y de ser sometido a discusión pública. Este plan considera necesario establecer una serie de acuerdos con España para la cesión de animales, con el objetivo de reproducirlos en el centro instalado en la Reserva Natural de la Sierra de Malcata, que tiene una superficie de 15.000 hectáreas.

En la comisión científica que analiza esta propuesta se encuentra el español Nicolás Guzmán, coordinador de la estrategia de conservación del lince ibérico en España. «La idea que tenemos es llevar crías en cautividad para Portugal», señala este experto. Pero existe un problema a la hora de aplicar esta medida: España todavía no cuenta con crías en cautividad. Por eso, está previsto «reunir en breve un lince ibérico macho con las cuatro hembras que viven en Doñana, aunque se necesitan dos machos más», puntualiza Guzmán, para quien «si estos linces responden como lo han hecho otras especies, en pocos años ya podremos tener crías y llevar algunas a Portugal».

Elaboración de un censo

La colaboración entre los dos países es constante desde hace varios años y en Portugal se han seguido muchos de los pasos que España está dando para salvar a la especie, como la elaboración de un censo. El profesor portugués Pedro Sarmento, coordinador del plan de acción luso, se incorporó al grupo de trabajo español en el año 2000. De esta forma, Nicolás Guzmán y Pedro Sarmento son los nexos de unión de las investigaciones que tienen lugar en toda la península. Se realizan visitas para contrastar resultados y se intercambian orina y excrementos de los animales para poder avanzar en la búsqueda de ejemplares.

El profesor luso afirma que «ambos países intentan ayudarse lo máximo posible, aunque tengan que respetar siempre las normativas que existen en cada comunidad». Mientras que en España cada autonomía con presencia de linces debe aprobar su propia estrategia, en Portugal será más fácil gestionar el plan de acción porque sólo necesita el visto bueno del Gobierno.

Medidas «in situ» y «ex situ»

Este plan, con una vigencia de cinco años, prevé medidas para la conservación del lince ibérico «in situ», es decir, en su propio medio natural, y «ex situ», fuera de él. En estas últimas entran los acuerdos con nuestro país, que deben ser objeto de una evaluación, junto a la creación del centro de reproducción y de un banco de recursos biológicos.

En lo que se refiere a las propuestas para la conservación del lince ibérico en su medio natural, el Instituto de Conservación de la Naturaleza luso pretende adquirir nuevos terrenos, recuperar áreas de bosque mediterráneo y reintroducir el conejo bravo, principal alimento del amenazado felino.

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