Fundación Biodiversidad y CSIC concluyen un estudio sobre el efecto de algas introducidas en el Archipiélago de Cabrera

La iniciativa ha evaluado las consecuencias de la invasión de estas algas sobre el hábitat y las especies prioritarias y autóctonas
Por EROSKI Consumer 27 de agosto de 2009

Tras cuatro años de trabajo, la Fundación Biodiversidad y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han concluido un estudio sobre la invasión de algas introducidas en el Parque Nacional del Archipiélago de Cabrera. El proyecto ha evaluado los efectos de estas algas sobre el hábitat y las especies prioritarias y autóctonas del ecosistema del Archipiélago. El objetivo de esta iniciativa ha sido determinar la dinámica de expansión de tres algas alóctonas invasoras -Caulerpa racemosa, Lophocladia lallemandii y Womersleyella setacea- en el Parque Nacional de Cabrera, así como comprobar sus efectos en las comunidades marinas. La labor del CSIC ha sido estudiar la distribución y la abundancia de estas especies, además de los organismos que favorecen su invasión. El análisis realizado concluye que Lophocladia lallemandii se distribuye entre los 5 y 35 metros de profundidad y desplaza a comunidades de algas fotófilas, algas hemiesciáfilas y praderas de Posidonia oceánica. Por su parte, Caulerpa racemosa presenta una mayor biomasa y recubrimiento entre los 25 y 50 metros de profundidad, lo que afecta de manera negativa a los fondos detríticos y comunidades de coralígeno y de algas hemiesciáfilas. En cambio, Womersleyella setacea se desarrolla siempre por debajo de los 25 metros y altera las comunidades de coralígeno y algas hemiesciáfilas. Otro dato constatado en este estudio es que sólo Lophocladia lallemandii realiza reproducción sexual, lo que favorece su rápida expansión y dificulta la puesta en marcha de medidas capaces de frenarla. Las otras dos especies se reproducen de manera vegetativa mediante la dispersión de pequeños fragmentos, por lo que su avance, en especial en el caso de Caulerpa racemosa, se vería favorecido por las artes de pesca. En cuanto al control de estas especies por depredadores naturales, se ha comprobado que el erizo de mar común consume Caulerpa racemosa, pero no puede controlar la expansión de la especie en zonas ya invadidas. Se ha demostrado que es más efectivo en zonas que están en fases iniciales de colonización. Además, el estudio ha permitido constatar que el principal pez herbívoro del Mediterráneo, la salpa, presenta consumos elevados de esta alga. La prefiere sobre otras especies autóctonas, lo cual sugiere una posible capacidad de control de esta especie. Para el CSIC, proyectos como el realizado en el Archipiélago de Cabrera ponen de manifiesto la necesidad de realizar un especial esfuerzo en la prevención, «ya que la erradicación de especies invasoras se muestra como excesivamente costosa y complicada, en especial en el medio marino».

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