Entrevista

Josep-María Gili, biólogo marino experto en medusas

El aumento de las medusas es más que probable y no hay estudios serios sobre el tema
Por Alex Fernández Muerza 20 de junio de 2007
Img gili
Imagen: Campylobacter

Josep-María Gili (Mollerussa, Lleida, 1953) es biólogo marino y Profesor de Investigación del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC de Barcelona. Se trata de uno de los mayores expertos en medusas, y por ello ha colaborado por ejemplo en el plan de prevención y lucha contra estos cnidarios en las costas españolas puesto en marcha recientemente por el Gobierno. Asimismo, ha participado en 5 expediciones que le han llevado casi un año y medio a la Antártida, un continente de moda en pleno Año Polar Internacional. Gili apunta al ser humano como responsable del incremento año tras año de las medusas, o de por qué los polos o el planeta en general están en peligro. Sin embargo, considera que todavía hay tiempo de actuar para evitar su destrucción.

¿Qué está ocurriendo con las medusas?

La llegada de medusas a nuestras costas es un fenómeno natural pero que ha ido en aumento. El hecho de verlas en las costas ha despertado una preocupación que aún es mayor por no disponer de casi ninguna información ni estudio serio al respecto.

¿No se han hecho estudios?

Es sorprendente pero cierto. A pesar de la importancia del fenómeno, las administraciones han reaccionado hace tan sólo unos meses para empezar estudios sobre el tema. Por la escasa información disponible podemos intuir que la tendencia hacia el aumento de las poblaciones de medusas es un hecho más que probable y que las zonas de riesgo de llagadas masivas a las costas serán las habituales de años anteriores. De todas maneras, esperamos que en un año podamos dar datos más precisos, tanto sobre la abundancia como el potencial de crecimiento de los enjambres de medusas en el Mediterráneo ibérico.

¿A qué se debe este incremento?

La causa más probable de los incrementos de los enjambres de medusas es debido a la sobrepesca
Este fenómeno responde a dos causas distintas. La comunidad científica internacional se ha puesto de acuerdo que la causa más probable de los incrementos de los enjambres de medusas es debido a la sobrepesca. La extracción continuada de los depredadores de las medusas (tortugas, peces migratorios como los atunes y otros grandes peces, etc.) y al mismo tiempo de los competidores por las mismas presas que las medusas (zooplancton) como muchos peces, ha provocado que las medusas encuentren condiciones óptimas para proliferar casi sin límites. Por lo tanto, con una gestión distinta de la pesca puede remitir.

Otra causa muy diferente es por qué llegan con más frecuencia a nuestras costas y playas. Este hecho es debido al calentamiento de las aguas costeras y a la falta de lluvias y de aportes de aguas de los ríos al mar. Esta agua hacía que las aguas costeras fueran, a inicios de verano y finales de primavera, un poco más frescas y menos salinas que las de mar abierto. Cuando los vientos de mar a costa, más habituales y fuertes durante el verano, arrastraban a las medusas (que viven normalmente en aguas abiertas) hacia la costa encontraban una barrera natural ya que era difícil que se pudiera mezclar las aguas abiertas con las costeras. Esta barrera natural ya casi no existe debido al cambio global.

Usted colabora en el plan de prevención y lucha contra las medusas en las costas españolas que el Consejo de Ministros ha puesto en marcha recientemente. ¿Qué medidas se van a llevar a cabo?

El plan plantea ante todo reducir las incidencias en las playas que puedan causar las medusas, mediante una red de voluntarios que informen a una central de operaciones tras avistarlas. Una vez detectado un enjambre se destinarán los medios para su recogida mediante embarcaciones equipadas con redes adecuadas. Pero esta acción será en las ocasiones en las que realmente sea eficaz la extracción de los enjambres de medusas, que deberán ser de más de un ejemplar por metro cuadrado. La solución más inmediata y eficaz es sacarlas cuando se encuentren a menos de unos 100 metros de la costa mediante pequeñas embarcaciones y con los medios que dispongan las autoridades municipales. A esta distancia las medusas ya no pueden volver a su hábitat en mar abierto y acaban muriendo en las playas. La idea fundamental es extraerlas antes de que lleguen a la zona de baño, si es posible aún vivas, ya que se encojen y no se rompen y por que están mayoritariamente en la superficie y son fáciles de recoger.

¿Y el uso de redes fijas?

Desaconsejo las redes fijas ya que retienen todo tipo de organismos y sobre todo porque al engancharse en la red las medusas mueren y se rompen
Las desaconsejo, ya que éstas, aunque retienen las medusas, retienen también todo tipo de organismos y sobre todo porque al engancharse en la red las medusas mueren y se rompen. Con la rotura de los tentáculos estos llegan a la playa por igual y siguen causando picaduras aunque estén desprendidos de las medusas.

¿Cómo hay que actuar ante una medusa?

Ante todo hay que recordar que las medusas no atacan nunca, ya que pican cuando contactamos con sus tentáculos. También que la mayor parte de las especies mediterráneas no son peligrosas y tan sólo nos pueden causar estados graves cuando nos ha picado una segunda vez durante el verano o la cantidad de células que nos inoculan el veneno (longitud de los tentáculos) cubre una parte mínimamente extensa en nuestra piel. Si hay medusas en el agua hay que salir lentamente sin movimientos bruscos para evitar atraer a los tentáculos de manera accidental.

Hablando de peligrosidad, desde el CSIC se ha advertido de que el aumento de las temperaturas podría atraer especies no vistas hasta ahora y más peligrosas, como la “carabela portuguesa”, procedente de África. ¿Todavía no hemos visto lo peor?

Podrían llegar enjambres de carabelas como ya ha ocurrido en el levante español, en las costas andaluzas o en el Delta del Ebro. Si esto sucediera de manera habitual habría que tomar medidas específicas de recogida, que el caso de esta especie pueden ser eficaces. Esta especie tiene un flotador de color rosado que siempre está en superficie y ello favorece su recogida. De todas maneras, ésta debería hacerse con personal preparado y con las precauciones adecuadas, ya que se trata de la especie más peligrosa por su virulencia.

¿Qué hay que hacer si nos pica una medusa? Parece que hay cierta confusión y psicosis ante el tema: Por ejemplo, un lector nos comentaba que mientras en algunos lugares recomiendan aplicar agua fría, en otros es justamente lo contrario.

Es importante recordar que tras una picadura tenemos una herida que hay que cuidar para que no se infecte
Si nos ha picado es muy importante salir del agua, lavarnos con agua salada, no dulce; no rascarse ni fregarse la piel con arena o tollas; sacar los restos de tentáculos si son aún evidentes; y aplicarnos un choque de frío mediante una bolsa de plástico llena de hielo durante unos quince minutos. Esta aplicación favorece la desnaturalización del veneno (pierde su efecto) y evita que llegue al riego sanguíneo y así evitar posteriores complicaciones. No es aconsejable la aplicación de otras sustancias como el amoníaco, que irrita la piel. Es importante recordar que a partir de este momento tenemos una herida que hay que cuidar para que no se infecte. Una aplicación de un antiséptico como la tintura de yodo y una cobertura mediante vendas ayuda a que se cicatrice la herida.

Con esta invasión se corre el riesgo de volver a las medusas animales malditos que hay que eliminar. Sin embargo, seguro que cumplen algún papel beneficioso dentro del ecosistema…

Las medusas tienen un papel como carnívoros en las cadenas tróficas marinas (redes alimenticias) y son presas de peces, tortugas y otros animales marinos. Hace más de 500 millones de años que están en nuestro planeta y su sencillez y características urticantes pueden explicar su éxito ecológico en los océanos.

Como experto en biodiversidad marina, ha dirigido varias expediciones a la Antártida, una de ellas recientemente, en pleno Año Polar Internacional. ¿Qué conclusiones ha extraído de sus investigaciones?

Los cambios producidos por el deshielo de los glaciares es a corto plazo beneficioso para los ecosistemas marinos, aunque si fuesen masivos a largo plazo podrían ser letales para la vida en la Antártida
La Antártida es un ecosistema único en el mundo y el más bien conservado ya que ha padecido menos que ningún otro la acción del hombre. El poder estudiar la naturaleza sin haber sido transformada por la acción del hombre es una oportunidad única para un ecólogo marino. Las investigaciones en los mares antárticos me han aportado conocimientos sobre el origen de la vida marina en los últimos 60 millones de años después de la gran extinción que hubo en la Tierra. La posibilidad de que la vida se desarrolle de manera espectacular a pesar de las condiciones tan extremas nos ha permitido demostrar que todos los compartimentos de los ecosistemas marinos están interconectados. Por ejemplo, los organismos que viven en el lecho marino pueden influir destacadamente a la vida que se desarrolla más de 400 metros encima, cerca de la superficie del océano. Asimismo, hemos podido observar recientemente que los cambios producidos por el deshielo de los glaciares y posterior desprendimiento de grandes masas de hielo, incluidos icebergs, es a corto plazo beneficioso para los ecosistemas marinos, aunque si los desprendimientos fuesen masivos a largo plazo podrían ser letales para la vida en la Antártida.

¿Hasta qué punto hay motivos para la preocupación?

En una parte de la Antártida, la zona de la Península, se ha incrementado la temperatura más de 2 º C en los últimos años, pero en cambio en el continente (más del 80% de su extensión) la temperatura ha bajado más de 2º C. Esto hace que se consoliden los glaciares, todo lo contrario que el hemisferio norte. No podemos olvidar que estos cambios serán evidentes pronto, si no lo son ya, pero quizás no sean tan graves en todas las partes del mundo. El cambio será, o es ya, global pero las repercusiones serán muy variadas o distintas según las zonas.

El cambio climático es uno de los temas de más candente actualidad. Sin embargo, algunos expertos hablan de exageración y moda pasajera. ¿Es esto cierto? ¿Está afectando el cambio climático a las áreas que usted investiga?

La degradación de los glaciares y del hielo marino en el Ártico es más que evidente y podría influir en la circulación marina del hemisferio norte y en el clima. No tenemos evidencias de que nivel de cambios podrá tener este fenómeno, pero los modelos nos alertan de los cambios en el nivel de mar. Ahora bien, sabemos que las previsiones de 6 o 7 metros no son realistas: hoy sabemos como mucho no superaría el metro de altura. De todas maneras, un metro es mucho y puede causar la inundación de muchas regiones costeras de la Tierra.

¿Entonces se está exagerando?

Lo que nos preocupa realmente del calentamiento global es la velocidad de los cambios
Lo que nos preocupa realmente es la velocidad de los cambios. Situaciones de incrementos de temperatura como las de ahora han sucedido en la Tierra muchas veces antes. La diferencia es la rapidez con la que se alcanzan estas temperaturas y que hará que no estemos preparados para encontrar soluciones a la misma velocidad. No se puede exagerar, pero tampoco hay que negar las evidencias del cambio climático. Empezamos a conocer las causas de estos cambios (emisiones de gases invernadero, etc.) y que podemos y debemos actuar para desacelerar la rapidez de los cambios. Si lo hacemos quizás lleguemos a tiempo de poder seguir con el modelo se sociedad en la que vivimos. Si no lo hacemos, podemos llegar a situaciones irreversibles y que nos hagan muy difícil la supervivencia en nuestro planeta.

Las asociaciones ecologistas también son muy críticas con la pérdida de biodiversidad marina ¿Es tan grave la situación?

La biodiversidad en el Planeta se ha incrementado continuamente en los más de 500 millones de años en los que existe la vida macroscópica, a pesar de las extinciones masivas que han sucedido. Resultado de este proceso de incremento apareció nuestra especie en el Planeta. Nuestro futuro pasa por mantener o no reducir en exceso los niveles de biodiversidad que han permitido nuestra existencia y supervivencia. Aún nos queda un largo trecho por demostrar esta más que evidente realidad. Un ejemplo de ello es nuestra dieta. La explosión de la vida humana fue paralela al consumo de una elevada diversidad de alimentos. Con el tiempo hemos reducido las especies que consumimos y hemos tenido que recurrir a los alimentos artificiales o incluso a los transgénicos. El mar es una evidencia destacada de la situación. El futuro acabará siendo de la acuicultura debido al colapso de las pesquerías, pero aún queda mucho tiempo para que esta técnica encuentre una solución.

¿Entonces es cierto que estamos al borde de un colapso de las pesquerías?

El futuro acabará siendo de la acuicultura debido al colapso de las pesquerías, pero aún queda mucho tiempo para que esta técnica encuentre una solución
La situación de la falta de recursos pesqueros es más grave que la causada por el cambio global en los océanos. Esta falta de recursos es evidente también en el agotamiento de las energías como de los combustibles fósiles. Es el cambio de mentalidad hacia la gestión de los recursos que extraemos del Planeta la clave del futuro para nuestra especie y para ello se requiere un cambio radical en la concepción que tenemos del mundo: no es un pozo sin fondo, los recursos son limitados y la única vía es su objetiva gestión y el control de la sobrepoblación.

Ante tanto dato negativo, ¿podría dar algún otro más esperanzador?

Quizás el mejor dato positivo es que, a pesar de lo mal que hemos tratado los océanos y el Planeta en general, aún estamos aquí. Este hecho ha confundido a muchos economistas y políticos que aún creen que los recursos son infinitos. La situación grave es que el mantenimiento del estado del bienestar ha sido y sigue siendo gracias a una desigualdad insostenible en el consumo de los recursos: tan sólo hay que observar la renta per cápita de un ciudadano europeo occidental o un norteamericano y por el contrario un africano. Tan sólo una regulación de esta balanza comercial nos puede salvar de la extinción. Siempre presumimos de ser la especie más inteligente del Planeta; quizás lo seamos tanto que somos capaces de incluso programar nuestra autoextinción.

¿Qué podemos hacer los ciudadanos al respecto?

Concienciarse es el primer paso para presionar a los responsables que tenemos que cambiar rápidamente de actitud frente al mundo
La globalización nos ha permitido ver la realidad del Planeta a todos los ciudadanos. Ya no pedemos ignorar, por ejemplo, el hambre en África o las penurias en Centro América. Esta conciencia es el primer paso para presionar a los responsables que tenemos que cambiar rápidamente de actitud frente al mundo. Este cambio de actitud que ya se empieza a vislumbrar en algunos políticos, economistas o sociólogos es la clave para el futuro de la humanidad.

¿Y los científicos?

La tarea de los científicos, al menos los que estudiamos el medio ambiente, es avanzar lo antes posible y con los medios necesarios para conocer mejor el Planeta y poder dar las herramientas para su mejor gestión. También desde el punto de vista de los investigadores marinos, esta tarea es aún más dura, pero a la vez apasionante, porque a inicios del siglo XXI aún conocemos tan sólo el 20% de los océanos.

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