La «coextinción» de especies, por la desaparición de aquéllas de las que otras dependen para vivir, incrementa la lista de seres vivos en peligro

Un estudio alerta de la extinción de unas 6.300 especies de insectos y parásitos si desaparecen otras ya amenazadas
Por EROSKI Consumer 17 de septiembre de 2004

El rápido declive en las poblaciones y la extinción de especies como resultado de la destrucción de hábitats naturales se está dando en todo el mundo. Se prevé que hasta el 50% de las especies que actualmente existen en el planeta puedan desaparecer en el próximo medio siglo. Esta aparentemente inevitable crisis en la biodiversidad ha impulsado el estudio de las poblaciones y de la extinción de seres vivos. Sin embargo, no se ha tenido en cuenta la extinción en ecosistemas complejos como los bosques húmedos tropicales, donde muchas especies dependen obligatoriamente de otras para sobrevivir.

Ahora, un grupo internacional de investigadores estima que es probable que desaparezcan unas 6.300 especies de insectos y parásitos si se extinguen aquellas ya amenazadas de las que dependen para vivir. «Las estimaciones actuales sobre extinción tienen que ser recalibradas teniendo en cuenta la ‘coextinción’ de especies», aseguran Lian Pin Koh y sus colegas en el último número de la revista «Science». Estos expertos utilizan un modelo basado en datos reales para examinar la relación entre especies asociadas y aquellas principales de las que se sirven para vivir, como las avispas de las que dependen los árboles, arbustos y plantas trepadoras tropicales del género Ficus para polinizar sus flores; parásitos y los animales que les hospedan; mariposas y sus plantas larvarias, etc.

Interconexión entre especies

El término «coextinción» se utilizó en un primer momento para describir el proceso de la pérdida de insectos parásitos con la pérdida de las especies donde se hospedaban. El concepto se ha expandido para describir la relación de especies que interactúan, incluyendo predadores y sus presas y la vinculación de determinados hervíboros con las plantas.

Los autores de este estudio definen el término como la pérdida de especies (las asociadas) tras la pérdida de otra (la principal). El ejemplo más citado es el de la extinta paloma migradora y su piojo parásito, a pesar de que éste había demostrado poder vivir también en otras especies. Más recientemente, la desaparición de mariposas tropicales de Singapur se atribuyó a la pérdida de las plantas donde crecían sus larvas.

Los investigadores recopilaron primero una lista de 12.200 plantas y animales que actualmente están considerados como amenazados o en peligro. Después, observaron la diversa selección de insectos, ácaros, hongos y otros organismos que únicamente están adaptados a una especie amenazada. Concluyeron así que además del número de especies de estos organismos actualmente amenazadas (6.300), al menos 200 asociadas de insectos y parásitos han seguido el mismo camino que sus especies principales ya extintas. En este trabajo no se incluyeron muchos tipos de organismos, como los saltamontes, de lo que se deduce que, aparte de esas 6.300 especies bajo amenaza, el número en riesgo de desaparecer es «al menos cuatro veces mayor», unas 25.200 especies, según Robert Dunn, de la Universidad de Tennessee (EE.UU.) y uno de los autores del estudio.

Proteger las especies principales

Para frenar la extinción conjunta, en algunos casos puede ser suficiente con proteger a la especie principal para conservar a las asociadas. Sin embargo, en el caso de que éstas dependan de múltiples especies principales o de que sean más sensibles que ellas, el riesgo de extinción será incluso mayor que el de las especies de las que dependen para vivir.

Los investigadores están convencidos de que estos procesos se han ignorado durante mucho tiempo en el pasado porque algunos de los organismos más susceptibles son «parásitos nada carismáticos», pero advierten de que animales «populares» también están en riesgo.

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