La criatura marina varada en una playa chilena desconcierta a los investigadores

La comunidad científica no se pone de acuerdo sobre su origen
Por EROSKI Consumer 9 de julio de 2003

La gigantesca criatura marina varada desde hace dos semanas en una playa del sur de Chile, se ha convertido en un enigma para los científicos, que no se ponen de acuerdo sobre su naturaleza.

Mientras se esperan los informes sobre las muestras que fueron enviadas a laboratorios de al menos cinco países, los investigadores han puesto sobre la mesa diversas teorías, que van desde quienes aseguran que son restos de un cetáceo a aquellos que no dudan en afirmar que se trata de un cefalópodo gigante. Incluso no ha faltado quien sostenga que se trata de alguna especie hasta ahora desconocida.

Las primeras informaciones, brindadas por el Centro de Conservación de Cetáceos (CCC) de Chile, hablaban de un pulpo de la especie «Octupu giganteus», de 12 metros de largo por 5,8 de ancho, 1,6 metros en su parte más alta, que es la cabeza, y cuatro toneladas de peso.

Sin embargo, el zoólogo Jorge Oporto, director ejecutivo del Instituto de Conservación Terra Australis, sostiene que la enorme masa gelatinosa, que ha sido vista por centenares de curiosos, es sólo el cuero de una ballena, con apariencia de un grasiento manto enrollado.

La idea es compartida por el veterinario Miguel Roa, quien asegura que no es un calamar gigante ni un pulpo, pero su colega Verónica Altayó, del CCC, cree que los despojos corresponden a un invertebrado, aunque no a un calamar.

Para Elsa Cabrera, directora del Centro, ya se trate de un cetáceo o de un pulpo, lo importante es que la comunidad científica «se ha puesto de cabeza» a investigar qué es exactamente el monstruo de la playa La Doncella, cerca de la localidad de Los Muermos, a mil kilómetros al sur de Santiago de Chile. Ningún laboratorio del mundo ha quedado indiferente ante el descubrimiento, y sea cual sea el resultado «nosotros lo daremos a conocer, porque lo importante es el impacto que esto ha causado», dice Cabrera.

La experta reconoce que en la comunidad científica existen visiones divididas sobre el origen de la masa orgánica, pero subraya que todos han declarado estar fascinados por la posibilidad de acceder a este material biológico. Explica que Sidney Pierce, director del Departamento de Biología de la Universidad del Sur de Florida (EE.UU.), declaró que, de acuerdo con las imágenes enviadas por el Centro chileno, podría tratarse de restos de ballena, pero al mismo tiempo manifestó su deseo de realizar otros análisis para estar completamente seguro.

Por su parte, el criptozoólogo francés Michel Raynal está impresionado por la extraordinaria semejanza entre el pulpo hallado en Florida en 1896 y la criatura de La Doncella, aunque tampoco descarta que puedan ser restos de un cetáceo. De la misma opinión es Lorenzo Rossi, zoólogo italiano, quien considera que la gigantesca criatura es un invertebrado gigante, similar al aparecido en 1896.

También Max Telford, del Departamento de Zoología de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), ha tomado contacto con el Centro de Conservación de Cetáceos con el objetivo de colaborar en los análisis moleculares de la masa encontrada.

Una de las muestras de tejido ha sido remitida asimismo a Carlos Olavarría, científico chileno que trabaja en el Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda). El interés de Olavarría se centra en determinar mediante análisis genéticos si los restos encontrados corresponden a un cetáceo y, de ser así, poder conocer de qué especie.

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