Los tiburones no habitan en las profundidades por la falta de alimento, según científicos escoceses

Esto significa que todas las poblaciones de escualos están dentro del alcance de las pesquerías, por lo que el riesgo para su supervivencia es mayor
Por EROSKI Consumer 28 de febrero de 2006

Las profundidades de los océanos del mundo están «libres» de tiburones debido, posiblemente, a la escasez de alimento, según científicos de la Universidad de Aberdeen (Escocia), que advierten de que este hallazgo significa que todas las poblaciones de escualos están dentro del alcance de las pesquerías y, por tanto, el riesgo para su supervivencia es mayor.

Hasta ahora se tenía la esperanza de poder encontrar nuevas especies de tiburones con los avances de la exploración submarina. Sin embargo, 20 años de investigaciones junto al análisis de datos de los últimos 150 años, han logrado convencer a los científicos de que en el 70% de los océanos no hay rastro de estos animales.

La profundidad media de los océanos es de 4.000 metros y los peces con espinas -parientes del bacalao- viven a 9.000 metros bajo la superficie del mar. Los expertos no saben con certeza por qué los tiburones están ausentes de las profundidades abisales, pero sugieren que una posible razón puede ser la escasez de recursos alimenticios.

«Los tiburones están aparentemente confinados a un 30% de los océanos del planeta. Todas las poblaciones están entonces expuestas al alcance de las pesquerías, tanto cerca de la superficie como en los extremos de las aguas profundas», explica Monty Priede, director del laboratorio oceánico de la Universidad de Aberdeen. «Los tiburones -continúa- estaban ya amenazados en todo el mundo por la intensidad de la actividad pesquera. Pero nuestro hallazgo sugiere que pueden ser más vulnerables a la sobreexplotación de lo que se creía hasta el momento. Tan lejos como podemos ver, no existe ninguna reserva oculta de tiburones en las profundidades abisales del océano».

Los científicos escoceses basan sus conclusiones en un alto número de datos y registros, así como en información recabada durante una gran expedición a lo largo de la cadena montañosa submarina del Atlántico medio entre Islandia y Azores durante el año 2004. El equipo también utilizó datos de las dos últimas décadas, cuando el laboratorio oceánico de la Universidad de Aberdeen empezó a desarrollar vehículos submarinos de control remoto, que han sido empleados en las aguas profundas de todo el mundo.

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