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Las riquezas del mar Mediterráneo
A pesar de representar solo el 0,7 % de la superficie de los océanos del mundo, el mar Mediterráneo alberga el 7,5 % y el 18 % de las especies mundiales de fauna y flora marina, respectivamente. En total, el 28 % de las especies que habitan el mar Mediterráneo son endémicas, la tasa más alta del planeta. Su rica variedad de hábitats incluye montes y cañones submarinos, lechos de maërl, comunidades coralígenas y praderas de Posidonia oceanica, uno de sus hábitats más singulares y críticos.
Además, el mar Mediterráneo posee una gran importancia económica y cultural para los más de 150 millones de personas que viven a lo largo de sus costas. La evidencia de asentamientos humanos y el uso de sus recursos naturales se remonta a milenios. Los restos de fauna marina consumida, de anzuelos y de arpones encontrados en yacimientos arqueológicos neandertales dan testimonio de esta larga relación, que también se refleja en la existencia de cerca de 300 especies de peces, crustáceos, moluscos y otros invertebrados de interés pesquero mencionados en textos griegos y latinos. Todo esto se traduce en niveles de impacto humano significativamente mayores que los que se dan en otras zonas marinas del mundo.

Las amenazas del mar Mediterráneo
En la actualidad, el Mediterráneo enfrenta múltiples amenazas, que están provocando una degradación generalizada de sus ecosistemas marinos y una pérdida importante de su biodiversidad. Entre las principales presiones se encuentran la degradación de los hábitats, la pesca excesiva, la contaminación, el cambio climático, la propagación de especies invasoras, etc. Todos estos factores afectan al ecosistema y a un número significativo de grupos de flora y fauna.
Centrándonos en el ámbito pesquero, según datos publicados por la Comisión General de Pesca del Mediterráneo (CGPM), un 78 % de las poblaciones de interés pesquero evaluadas en esta cuenca se encontraban sobrepescadas hacia 2018. La información señala que la situación venía de ser incluso peor en años anteriores.
👉 Pesca con redes de arrastre
Dentro de esta actividad, la pesca con redes de arrastre es una de las más extendidas en el área mediterránea. Esta práctica permite capturar algunas de las especies más valoradas por los consumidores, como merluza o diversos tipos de gambas y otros crustáceos.
Sin embargo, el arrastre también presenta riesgos significativos relacionados con sus impactos sobre las poblaciones objetivo de la pesca, los hábitats del lecho marino u otras especies que pueden quedar atrapadas en las redes de forma no deseada.
Plan de gestión para la pesca de arrastre en el Mediterráneo
Por esta razón, la Comisión Europea decide en 2019 establecer un plan de gestión para la pesca de aquellas especies que, como la merluza o las gambas, son el objetivo de las flotas de arrastre. Este plan, localizado geográficamente en el Mediterráneo occidental para las flotas pesqueras de España, Francia e Italia, lleva en funcionamiento desde el año 2020.
La medida principal de gestión que ha puesto en marcha ha sido la de reducir, hasta casi la mitad, el número de días que tienen al año disponible los pescadores de arrastre para salir a realizar su actividad. Con ello se busca disminuir las capturas y mejorar la salud de las poblaciones afectadas, y parece que ya está dando sus primeros resultados.
El plan contempla otras medidas como aumentar la selectividad de las redes de arrastre, es decir, incrementar la luz de malla de la red para dejar que escapen individuos de menor tamaño o de especies que no se desea capturar. También se ha restringido la pesca en zonas determinadas, para permitir la supervivencia de ejemplares juveniles o en edad de reproducirse, y se ha establecido una cantidad máxima de capturas anuales para posibilitar la recuperación de ciertas especies más vulnerables.

Pescadores de arrastre ejemplares en el Mediterráneo
En el marco del Proyecto Medfish, una iniciativa liderada por Marine Stewardship Council (MSC) y WWF enfocada en la mejora de las pesquerías mediterráneas, podemos encontrar ejemplos de pescadores de arrastre mediterráneos que, desde años antes del establecimiento del plan de la Comisión Europea, trabajan para reducir los impactos ambientales de su actividad y mejorar la gestión pesquera.
✅ Pescadores de gamba roja de Palamós
Uno de estos ejemplos lo representan los pescadores de gamba roja con arrastre de Palamós (Girona), que llevan colaborando con científicos del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona desde inicios de la década pasada. Entre muchas otras iniciativas, ellos han sido pioneros en someter a prueba y adoptar medidas como la reducción de días de pesca o el uso de redes más selectivas.
Asimismo, en 2016 los barcos de Palamós empezaron a emplear unas innovadoras puertas “voladoras” para el arrastre, que reducen de manera significativa los impactos sobre el lecho marino. Estudios científicos recientes señalan que los índices de sobrepesca para la gamba roja en Palamós son menores que en otras zonas del Mediterráneo occidental.
✅ Pescadores del puerto de Motril
Por su parte, los pescadores del puerto de Motril (Granada) han desarrollado una aplicación móvil que permite mejorar la recogida y el análisis de datos relacionados con las flotas de pesca locales dedicadas al arrastre, el cerco y las artes menores. Esta herramienta ya está permitiendo fortalecer la colaboración entre científicos, pescadores y ONG, para entender mejor qué otras especies, y en qué cantidad, se capturan sin desearlo y cómo diseñar mejoras para reducir dichos impactos.


