Una plaga de roedores amenaza a un parque ecológico guipuzcoano

Los animales se fugaron de una granja peletera francesa
Por EROSKI Consumer 1 de octubre de 2002

El Parque Ecológico de Plaiaundi, en Irún (Guipúzcoa), se encuentra amenazada por el coipú o Myocastor Coypus, un roedor originario de Sudamérica y dieta principal de los cocodrilos. El coipú tiene el tamaño de un castor y un apetito voraz. Se alimenta sólo de plantas acuáticas. Además, se multiplica a gran velocidad.

El coipú, de los que en Plaiaundi hay un centenar de ejemplares, ha llegado a este parque desde Francia. Estos animales son criados en granjas, dada la calidad de la piel para las industrias peleteras. Javier Belza, responsable de la gestión del parque, explica que este roedor se ha extendido tras la fuga que se produjo en una de estas granjas galas. «Se extendieron por toda Francia. Es una plaga. Ocupa el espacio de otras especies en los ríos y destroza cultivos».

Belza añade que los primeros ejemplares se detectaron en Plaiaundi en 1998. «Han ido criando dentro del parque y en otras zonas. Tienen varias camadas al año. Carecen de enemigos. Desde el punto de vista ecológico es una especie que está recomendado eliminarla. De hecho, los responsables de Life Naturaleza, financiadores de Plaiaundi, nos han exigido que se elimine. En Navarra está declarada como plaga».

Belza explica que en Plaiaundi los coipús «se han comido este año toda la vegetación de la laguna, todo el carrizal. Han ocasionado problemas para anidar, hay especies que no han podido hacerlo. Todo esto ha llevado a la muerte a pollos de gaviota desprotegidos, y a que se esté calentando el agua. Por tanto, causan problemas ecológicos».

El responsable del parque explica que los coipús «no se pueden cazar. Hay un vacío legal. Hemos mantenido diversas reuniones con la Diputación para afrontar este problema, pero no hemos recibido respuesta. Además, hay gente a la que este animal le parece simpático, aunque a otros les repugna. Por tanto, o actúas conforme a la ley, o la gente se puede quejar».

La eliminación también presenta problemas. «Aquí no se pueden disparar tiros. Tendríamos que enjaularlos y darles una inyección letal». Belza pide soluciones integrales. «Tampoco se trata de eliminar cincuenta ejemplares, ya que el problema va mucho más allá. Pueden llegar a colonizar todo el Estado».

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