El cinturón, mejor atado

A pesar de las reiteradas campañas y consejos para el uso del cinturón de seguridad, sólo un 60 por ciento de los conductores se lo abrocha en las zonas urbanas. En el asiento trasero, apenas el 20 por ciento de los pasajeros lo utiliza.
Por EROSKI Consumer 31 de octubre de 2002

Los estudios de seguridad y las estadísticas elaboradas en base a accidentes concluyen que el cinturón reduce el riesgo de muerte en caso de accidente. La legislación obliga a usarlo, tanto en los asientos delanteros como en los traseros si el vehículo dispone de ellos. Desde 1992, todos los fabricantes deben incluirlo de serie en todas sus plazas.

Aún así, un 15 por ciento de los conductores no lo utiliza en carretera, ascendiendo la cifra hasta el 40 por ciento en zonas urbanas. En los asientos traseros, son un 60 y un 80 por ciento respectivamente.

Como conclusiones importantes, la DGT asegura que el cinturón es útil en cualquier trayecto: corto, largo, urbano, interurbano, etc. También es útil en caso de accidente e inmersión del vehículo, al evitar o minimizar los golpes.

En ciudad, supone la diferencia entre resultar herido o ileso en un accidente. Las pinzas invalidan completamente su efecto mientras que el airbag no excluye su uso, ya que es un elemento complementario, no sustitutivo.

Durante octubre de 2002, la Dirección General de Tráfico en coordinación con las Comunidades Autónomas Vasca y Catalana, que tienen transferida la materia, emprendió una campaña de concienciación para su uso en el que se controló a 60.000 conductores. El objetivo de ésta y otras campañas previstas es concienciar a todos los conductores y viajeros de la necesidad de abrocharse el cinturón en cualquier desplazamiento.

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