Las 4.000 gasolineras asociadas a la Confederación Española de Estaciones de Servicio (CEEES) llevarán a cabo mañana un paro de 23 horas -deben tener una hora abierto ya que este sector no puede realizar huelgas patronales pese a contar con libertad de horarios- para exigir que las petroleras dejen de imponer los precios de los carburantes. Por su parte, la Agrupación Española de Vendedores de Carburantes y Combustibles (AEVECAR), que integra a más de 3.000 gasolineras, ha decido no secundar el paro.
Así, del total de 8.638 gasolineras que hay en España, las asociadas a la CEEES cerrarán sus puertas en defensa «de la libre competencia en el sector y de un servicio mejor», según informaron el pasado miércoles al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio mediante un escrito.
La CEEES busca «un mercado de libre competencia que permita al propietario de la estación de servicio poder decidir su futuro sin tener que someterse a contratos de exclusividad nulos o hechos en fraude de ley con las petroleras». También quiere que en sus establecimientos se pueda volver a vender alcohol y tabaco.
La AEVECAR, sin embargo, no comparte los motivos alegados por la Confederación de Estaciones de Servicio. Fuentes de esta agrupación afirman que los contratos de abanderamiento firmados entre gasolineras y petroleras son «voluntarios». Al vencimiento de este tipo de contratos, las partes actúan de manera voluntaria para su renovación, afirman.
Respecto a la venta de alcohol y tabaco, AEVECAR señala que suponía una importante fuente de ingresos, por lo que mantiene negociaciones con representantes de la Administración para que estos productos puedan volver a dispensarse en las gasolineras.