Láminas de protección solar

Ofrecen privacidad y aíslan el interior del automóvil de los rayos del sol sin reducir la visibilidad. El único límite que impone la ley es la prohibición de aplicarlas en el parabrisas y cristales de las puertas delanteras
Por EROSKI Consumer 15 de marzo de 2006

Las láminas de plástico de protección solar para los cristales del automóvil se comercializan en diferentes colores para hacer juego con el color de la carrocería de los vehículos. La última novedad son las de tinte tornasolado, que ofrecen distintas tonalidades y claroscuros según la incidencia e intensidad de la luz. También hay láminas de seguridad, que evitan el desprendimiento del cristal en caso de rotura.

El único límite que pone la ley es la prohibición de aplicarlas en el parabrisas y las ventanas delanteras, ya que limitarían la visión de la carretera y de los espejos retrovisores, especialmente de noche. No obstante, es conveniente acudir a un taller especializado que instala láminas homologadas. Existen láminas de vinilo y otros materiales que no pasan la ITV. La instalación es muy sencilla: basta con retirar el panel interior de la puerta del vehículo, adherir la lámina y reponer de nuevo el panel. Los precios del mercado oscilan entre los 130 euros de un vehículo de tres puertas a los 180 de un monovolumen.

También hay que tener en cuenta la dificultad extra que supone aparcar con ellas marcha atrás en un lugar oscuro, como un garaje, y la precaución extra que hay que tener al circular marcha atrás.

Desde la casa especializada Solar Digon se enumeran sus ventajas:

–Ofrecen privacidad.

–Protegen de los rayos del sol.

–Reducen el calor en el interior del vehículo.

Como consecuencia de la colocación de estas láminas solares:

–Se reduce el uso del aire acondicionado.

–Se evita la degradación de los colores de la tapicería.

La decoración de vehículos o «tuning» es una de las principales fuentes de clientes de las empresas que distribuyen estas láminas, si bien, la firma asegura que tienen mucha demanda entre los transportistas, «que ocultan así la mercancía de sus furgonetas de los ojos de posibles cacos. Añade a esta lista los padres con niños pequeños, que viajan más protegidos del sol y del calor.

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