Un estudio realizado por el Instituto de Seguridad Vial de la Fundación Mapfre y la Federación Europea de Carreteras refleja que España es uno de los países europeos donde se realizan menos controles en las carreteras y donde se imponen menos multas por exceso de velocidad y consumo de alcohol al volante.
Si bien el exceso de velocidad es la principal causa de siniestralidad en carretera en toda Europa, en España tan sólo se detectaron 25,2 infracciones por cada mil vehículos en 2004. Esa cifra resulta sólo superior a las registradas en Malta, el Reino Unido e Italia, mientras que es muy inferior a la de Holanda, donde ese año de tramitaron unas 850 sanciones. A pesar de ello, el exceso de velocidad es la conducta que más multas genera en España, con cerca de 470.000 denuncias en 2001, frente a las poco de más de 160.000 por no llevar puesto el cinturón de seguridad o las 33.200 por utilizar el teléfono móvil mientras se conduce.
España es además el segundo país con menos número de radares en las carreteras por habitante, sólo por delante de Lituania, y está entre los seis países de la Unión Europea que menos controles de alcoholemia realiza atendiendo a su población, superando únicamente a Italia, Bélgica, el Reino Unido, Austria y Luxemburgo. Así, el estudio refleja que mientras en Finlandia un 35% de la población se sometió en 2004 a un control de alcoholemia, la cifra en España apenas sobrepasó el 5%. En cuanto a las sanciones por no utilizar el cinturón de seguridad, España ocupaba en 2004 el penúltimo lugar, con siete multas por cada mil vehículos, en el extremo opuesto de países como Eslovenia o el Reino Unido, con 125 y 42 sanciones, respectivamente. Con estas cifras, el estudio concluye que España es el único de los 25 países que componen la UE que necesita mejorar en todas las áreas objeto del análisis.