Cada 13 de junio se celebra el Día Europeo de la Prevención del Cáncer de Piel con el que se busca concienciar a la población sobre los daños que el sol puede hacer a la piel si no se toman las medidas de protección adecuadas. En este artículo se advierte de que los casos de melanoma (el cáncer de piel más peligroso) aumentan de manera alarmante por unos malos hábitos de protección ante la exposición solar, sobre todo entre la población de 25 y 29 años, y se detalla qué personas son las más vulnerables a los rayos solares.
Cuando empieza el buen tiempo, protegerse del sol debería ser asignatura obligatoria para todos, pequeños y mayores. No obstante, esto no es así. La incidencia del melanoma no deja de aumentar a pesar de la insistencia de las voces expertas que, como cada año, reclaman la importancia de seguir unos buenos hábitos de exposición solar. No hay que olvidar que la piel tiene memoria y que el 80% del daño provocado por los rayos del astro rey se produce antes de los 18 años. Por eso se hace imprescindible que los progenitores eduquen a sus hijos en la costumbre de utilizar la protección solar adecuada.
Con la celebración cada año del Día Europeo de la Prevención del Cáncer de Piel y con la campaña Euromelanoma, se intenta concienciar a la población de los efectos dañinos del exceso de sol y de cómo minimizar el riesgo a sufrirlo.
Más melanoma en España
La incidencia del melanoma no deja de aumentar, por lo que se reclama la importancia de seguir unos buenos hábitos solaresSegún los datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el melanoma constituye el 4% de todos los tumores malignos de la piel y es el culpable del 80% de todas las muertes: se estima que cada día provoca en España el fallecimiento de dos a tres personas. Es más frecuente en las mujeres que lo sufren de manera más habitual en las extremidades inferiores y zonas más expuestas al sol. Pero, por otro lado, en ellas este tumor tiene mejor pronóstico que en los hombres.
Cada vez se diagnostica en población más joven. Según datos de la Asociación de Afectados de Melanoma (aAMelanoma), el mayor incremento se da entre los 25 y los 29 años, franja de edad en la que el diagnóstico aumenta un 7% cada año, sobre todo debido a la poca cultura de la prevención y al abuso de camas y lámparas solares para el bronceado.
Pese que se pueden manifestar a cualquier edad, el 41% se diagnostican antes de los 55 años. Cada año hay unos 4.000 nuevos pacientes. Es el quinto cáncer más frecuente en el hombre y el sexto en la mujer. Su incremento es solo superado por el de pulmón, hígado y de tiroides.
Sin embargo, si se diagnostica a tiempo, es uno de los cánceres con mejor pronóstico: la supervivencia a los cinco años es de casi el 100%, si se descubre en su estadio inicial. Por ello, es vital el diagnóstico precoz para instaurar el tratamiento lo antes posible y evitar que se disemine y produzca las temibles metástasis.
Revisarse la piel: ABCDE
La aparición de manchas en la piel va asociada al proceso de envejecimiento. No obstante, los especialistas insisten en la necesidad de revisarse la piel y la de la familia de manera rutinaria en busca de manchas de dudoso origen.
Hay cinco signos que pueden alertar de que un lunar ha evolucionado a melanoma y que corresponden a la regla nemotécnica ABCDE: asimetría, presencia de bordes irregulares, si tiene más de un color, diámetro superior a los seis milímetros y su evolución (si ha habido algún cambio en las últimas semanas o meses). Ante cualquier duda, hay que consultar al médico.
Hay personas más propensas a sufrir los daños del sol y que deberían extremar las precauciones:
- Rubios o pelirrojos y de piel y ojos claros.
- Con antecedentes familiares de cáncer de piel, en especial de melanoma, o se ha sufrido uno.
- Cuando se tienen muchos lunares, irregulares o grandes.
- Cuando la piel se quema con facilidad.
- Cuando se vive o se está de vacaciones a gran altitud, en climas tropicales o subtropicales.
- Cuando se trabaja en interiores y, durante el fin de semana, se recibe exposición solar muy intensa, o se pasa mucho tiempo al aire libre.
- Quienes padecen alguna alteración del sistema inmunológico, sea por enfermedad, como el lupus; o por tomar fármacos que lo debiliten o lo supriman, como tras un trasplante.
- Si se consumen medicamentos que pueden aumentar la sensibilidad de la piel a la luz solar.
