Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) han descubierto que el cromosoma 5 contiene el gen o los genes que regulan el miedo. Este hallazgo, afirman, abre el camino para entender la causa de los temores y fobias humanas y para mejorar el tratamiento farmacológico de determinados miedos.
Los resultados del estudio han sido obtenidos tras una exhaustiva investigación con mil ratas de laboratorio que han sido sometidas a situaciones de miedo. Así lo ha explicado Alberto Fernández-Teruel, de la Unidad de Psicología Médica del Departamento de Psiquiatría y Medicina Legal de la UAB.
Las ratas, algunas miedosas y otras más atrevidas, fueron sometidas a experimentos para provocarles temor, como hacerlas salir a un espacio exterior no habitual, obligarlas a relacionarse con otras ratas desconocidas, hacerlas atravesar caminos sin paredes o someterlas a fuertes destellos de luz a los que seguían soplidos en el hocico.
Distintos tipos de miedo
Tras analizar la reacción de las ratas a estas distintas situaciones de miedo inducido -a las alturas, al vacío, a las relaciones sociales, a los espacios abiertos o a la inminencia de un peligro-, los investigadores catalanes enviaron muestras biológicas de los animales al Institute of Psychiatry de Londres, al Wellcome Trust Centre for Human Genetics de Oxford, al Nutztierwissenschaften de Zurich y al Dhome Research Laboratories del Neuroscience Research Centre de Essex.
En estos laboratorios se analizaron las características genéticas de cada rata, cromosoma a cromosoma, y se pusieron en relación con sus reacciones.
De esta manera, se comprobó por primera vez la influencia de un determinado cromosoma, el 5, en las diversas manifestaciones de temor y se logró identificar así el marcador genético aparentemente relacionado con las conductas del miedo.
Las ratas son mucho más parecidas genéticamente a los humanos que los ratones y los resultados de los experimentos científicos a que son sometidas se pueden en principio extrapolar a los hombres, según Alberto Fernández.
El descubrimiento permitirá profundizar en el estudio de las características y de los condicionamientos genéticos del miedo y de la ansiedad en los humanos, así como abrir el camino a la elaboración de fármacos que puedan actuar sobre los genes de ese cromosoma.
Además de ahondar en patologías como fobias, trastornos de ansiedad extremos y estrés post-traumático, el hallazgo permitirá también analizar conductas derivadas de la falta de miedo.