Científicos descubren una hormona que reduce en un tercio el apetito

Este hallazgo abre una nueva vía a los tratamientos contra la obesidad
Por EROSKI Consumer 8 de agosto de 2002

Científicos de Gran Bretaña y EE.UU. afirman que han encontrado una hormona que puede controlar el apetito y reducir en un tercio la cantidad de comida que se ingiere. La investigación, de la que dan cuenta en la revista especializada «Nature», abre un nuevo campo a los tratamientos contra la obesidad.

En EE.UU., se considera que el problema de sobrepeso tiene proporciones «epidémicas», con un 65% de la población adulta por encima de su peso y donde dos de cada cinco personas son obesas.

En niños, la tendencia es alarmante, declaró el secretario estadounidense de Salud, Tommy Thompson, con cifras que llegan al 13% de la población infantil.

La hormona se denomina PYY3-36 y es secretada por las células de las paredes del estómago y las intestinales para informar al cerebro de la cantidad de comida que se ha ingerido y transmitir la sensación de que se está lleno.

«El descubrimiento de que la hormona PYY3-36 suprime el apetito puede aportar grandes beneficios para aquellos que luchan contra los problemas de peso», dijo Stephen Bloom, uno de los investigadores.

Pese al optimismo que el hallazgo de esta hormona ha despertado, algunos expertos en endocrinología consideran que es muy pronto para anunciar un posible remedio fácil a la acumulación de grasa. Aún no se sabe qué efectos podría tener en el organismo la incorporación de dosis extraordinarias de la hormona, afirman.

Roger Cone, un experto de la Universidad de Ciencias y Salud de Oregón (EE.UU.), reconoce que la hormona difícilmente se convertirá en una píldora contra la obesidad, porque podría tener efectos secundarios en otros sistemas del organismo. «Los investigadores todavía tendrán que recorrer un largo camino para desarrollar un fármaco que pueda ayudar a los estadounidenses a luchar contra la obesidad», dijo.

Los investigadores del Imperial College de Londres y de la Universidad de Ciencias y Salud de Oregón han probado la hormona en un grupo de doce personas voluntarias, así como en ratones.

El experimento

En el estudio efectuado entre el grupo de personas, algunos de ellos recibieron un extracto de la hormona, mientras que otros, el llamado grupo de control, recibieron una solución salina que no tiene ningún efecto.

Cuando dos horas después de someterse a las pruebas les fue ofrecido un almuerzo con grandes cantidades de alimentos, los que habían recibido la hormona ingirieron cantidades menores de comida y comunicaron haber quedado satisfechos mucho antes que los que no recibieron la PYY3-36.

Doce horas después del experimento, los que habían recibido la infusión de la hormona dijeron sentir hambre en un 40% menos que los que no la habían recibido.

Rachel Batterham, del Imperial College de Londres, considera que «los resultados de este experimento muestran que la hormona PYY3-36 puede ser útil para entender el problema de la obesidad» y cree que podría convertirse en «una alternativa segura» a las dietas y los tratamientos actuales.

Aunque la información del Imperial College de Londres habla del descubrimiento de una nueva hormona, los neuropéptidos Y son conocidos desde hace tiempo y se ha estudiado su efecto como inhibidores del apetito.

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