Científicos de la Universidad de Texas, en Estados Unidos, han identificado un gen que controla la formación de los ventrículos del corazón, un hallazgo que ayudaría a prevenir algunos de los defectos cardiacos más letales entre los niños.
«Hemos hallado que el gen llamado Bop es el que controla una cascada de acontecimientos genéticos que incluye la activación de otro gen, el Hand2, fundamental para la formación del ventrículo derecho y el desarrollo apropiado del izquierdo», dijo Deepak Srivastava, profesor de biología molecular en el Centro Médico Sudoeste de la Universidad de Texas (UT).
Paul Gottlieb, profesor de microbiología y genética molecular en la UT de Austin, y uno de los principales investigadores en este estudio, afirmó que ya se había hallado el gen Bop en las células blancas de la médula espinal, en el sistema inmune de los ratones, y en células cardiacas de adultos.
Srivastava añadió que se ha «dado un paso crucial para el desarrollo de medidas preventivas de los efectos cardiacos que afectan a casi uno de cada 100 niños en Estados Unidos».
El estudio afirma que la eliminación del gen Bop en embriones de ratones trastornó la maduración de las células del músculo cardiaco y perjudicó la formación del ventrículo derecho.
Nuevos estudios
El profesor Srivastava explicó que «la regulación genética del corazón está controlada de manera muy ajustada y se conserva en todas las especies animales». De todos modos se necesitan más estudios para confirmar la relación entre el Bop u otros genes afectados por Bop, y los defectos en ventrículos de los niños.
«Los defectos de ventrículo, incluida la ausencia de uno de los ventrículos, se cuentan entre los problemas cardiacos pediátricos más letales», añadió Srivastava. A ellos se debe casi el 25% de las muertes entre infantes por defectos cardiacos.
«Ahora que hemos identificado a varios genes, incluidos Bop y Hand2 como controladores del desarrollo del corazón, es concebible el desarrollo de medidas preventivas», manifestó el investigador, que concluyó que actualmente se lleva a cabo un estudio piloto entre 50 niños, que pronto se extenderá a todos los pacientes de cirugía cardiaca pediátrica en el Centro Sudoeste de la UT.