Científicos suizos descubren la proteína que regula el olvido

Este hallazgo podría servir para tratar los problemas ligados con los trastornos de la memoria
Por EROSKI Consumer 4 de septiembre de 2002

Un equipo de científicos del Instituto de Biología Celular de Zúrich (Suiza) ha descubierto una proteína que contribuye activamente al olvido de las informaciones almacenadas en la memoria. Se trata de la llamada «proteína fosfatasa 1» (siglas en inglés PP1), considerada como un regulador del olvido, según los investigadores, que dan cuenta de su descubrimiento en la revista científica «Nature».

Este hallazgo podría servir para tratar problemas ligados con los trastornos de la memoria en el hombre, aunque los científicos señalan que el olvido es en cualquier caso un mecanismo necesario para el buen funcionamiento de aquélla.

El equipo de ese instituto de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich llevó a cabo un experimento en el laboratorio con ratones transgénicos sometidos a largas sesiones de aprendizaje. Esos roedores vieron mejorar sus resultados memorísticos con relación a los ratones normales, que, al igual que el hombre, aprenden mejor cuando se les somete a períodos breves de aprendizaje seguidos de otros de descanso.

Además de no dar señales de fatiga, los ratones transgénicos demostraron tener mejor memoria al envejecer y recuerdos más duraderos que sus congéneres. El secreto de esa buena memoria demuestra por primera vez la existencia de un mecanismo de olvido activo, explicado por los científicos en «Nature». En efecto, mediante manipulación genética se impidió a los roedores transgénicos producir una proteína que se encuentra de forma natural en el cerebro, la citada PP1.

Los investigadores comprobaron que la ausencia de esa proteína contribuía a mejorar la capacidad de memorización de los roedores y llegaron a la conclusión de que la PP1 es un enzima que provoca el olvido de las informaciones almacenadas en el cerebro.

Según Isabelle Mansuy, profesora adjunta del Instituto de Biología Celular, «se cree desde hace tiempo que la memoria está regulada por un equilibrio entre mecanismos biológicos de almacenamiento y otros que borran la información».

Mientras que la mayoría de las investigaciones realizadas hasta ahora se han centrado en los enzimas favorables a la memorización, los científicos suizos siguieron la dirección opuesta -la del olvido- y descubrieron así el papel de la PP1.

Para medir la capacidad cognitiva de los ratones, los científicos de Zúrich los sometieron a una serie de pruebas que implicaban la memorización de una serie de objetos en un determinado recinto. El interés mostrado por los roedores por los elementos nuevos introducidos en ese espacio servía para indicar su capacidad de memoria.

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