Descubren que el virus JC está implicado en la aparición de tumores intestinales

Este agente patógeno infecta a más del 85% de la población durante la infancia
Por EROSKI Consumer 7 de diciembre de 2002

El profesor Kamel Khalili, que dirige el Centro de Biología del Cáncer de la Universidad de Temple, en Filadelfia, ha conseguido localizar residuos génicos del virus JC en muestras de tejidos epiteliales malignos del intestino delgado, según publica el último número de la revista «Cancer Research». El equipo de este investigador también descubrió a principios de año que el JC está relacionado con el desarrollo de meduloblastomas.

Este virus infecta a más del 85% de la población durante la infancia, a través del tracto respiratorio y suele permanecer en estado latente. En personas inmunodeprimidas se suele activar y contribuir al desarrollo de tumores cerebrales o de leucoencefalopatía multifocal progresiva. Este trastorno raro del cerebro está relacionado con el síndrome de la inmunodeficiencia adquirida. En la mayoría de los casos esta enfermedad desmielinizante sucede en personas infectas por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), principalmente en aquellas en que la enfermedad está avanzada y, por tanto, tienen niveles muy bajos de linfocitos CD4. No obstante, hay casos documentados en los que también afecta a seropositivos con más de quinientos CD4 pero, en cualquier caso, es el primer trastorno que define el progreso del sida en el 1% de las personas infectadas por VIH.

El profesor Khalili sugiere en las conclusiones de este último trabajo que el virus JC puede extenderse de forma oral y recuerda que se había demostrado que está presente en aguas residuales, donde las partículas virales tienen capacidad suficiente para subsistir. «Este hecho -explica- sugiere que es factible la reinfección en etapas posteriores a la infancia de forma oral, con lo que el JC puede invadir otros órganos». En este estudio los investigadores utilizaron tecnología láser para extirpar células cancerígenas y sanas en tejido del colon.

La ingeniería genética ha posibilitado que encontraran genoma viral en veintidós de las veintisiete muestras tumorales analizadas, al tiempo que detectaban otras señales características de este virus en más de la mitad de los tejidos.

El genoma del virus JC expresa varias proteínas virales del antígeno T, con cierto potencial oncogénico, y también el de una proteína cuya función, de momento, es desconocida por los científicos. Se trata, en definitiva, de un agente patógeno con capacidad para producir diversos tipos de tumores, aunque hay que subrayar que no todos los que se desarrollan están inducidos por él.

El equipo de Kamel Khalili utilizó también técnicas similares cuando, el pasado mes de febrero, publicó en «Journal of the National Cancer Institute» su estudio en el que demostraba la relación del virus JC con los tumores cerebrales en niños. El neuroblastoma es un tumor canceroso que comienza en el tejido nervioso del cuello, el pecho, el abdomen o la pelvis, pero que usualmente se origina en los tejidos de la glándula adrenal del abdomen. Para cuando viene a diagnosticarse, normalmente el cáncer ya se ha diseminado (se ha dado una metástasis), siendo los sitios de metástasis más comunes los ganglios linfáticos, el hígado, los pulmones, los huesos y la médula ósea. Aparece predominantemente en la primera infancia y, en la mayoría de los niños, se suele diagnosticar antes de los cinco años. Estudios epidemiológicos señalan que con cierta frecuencia está presente desde el nacimiento, pero no se detecta hasta pasado un tiempo, aunque es factible localizarlo por una ecografía en el feto.

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