Doce organizaciones de consumidores piden que se prohiban las máquinas de cigarrillos como canal de venta de tabaco

El objetivo es impedir que los adolescentes "puedan acceder sin demasiadas dificultades" al tabaco
Por EROSKI Consumer 21 de junio de 2005

Especialistas en salud pública y consumidores comparecieron ayer en la Comisión de Sanidad del Congreso para analizar el proyecto de ley que regula la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco.

Todos los comparecientes se mostraron a favor de la ley pero, en su mayoría, optaron por demandar más medidas. Antonino Joya, de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y en representación de otras 11 asociaciones, solicitó «la prohibición de las máquinas como canal de venta». Joya pidió su desaparición en dos o tres años, para impedir que los adolescentes «puedan acceder sin demasiadas dificultades» al tabaco. También defendió la prohibición absoluta de la publicidad y de fumar en el trabajo: «La salud no es negociable, la negociación colectiva no debe regular esta situación».

Teresa Salvador, experta en promoción de la salud, mantuvo que la ley tiene que incluir programas de deshabituación de fumadores. Pero, a su vez, reclamó al Ejecutivo que aumente el precio de las cajetillas como medida eficaz para rebajar el consumo, opinión que también refrendó Ana Mañas, de la Asociación de Radioterapia y Oncología, quien pidió además un menor número de máquinas expendedoras.

Por su parte, Carlos Jiménez (neumólogo) y Víctor López (cardiólogo) explicaron las consecuencias del tabaquismo pasivo. El primero aseguró que «es fundamental que se apruebe la ley», ya que el 83% de los no fumadores está expuesto al humo en el trabajo. «No sobra nada en el proyecto, pero falta que los fumadores reciban tratamiento», indicó Jiménez, quien reclamó el aumento del precio y que no se permita fumar en ningún lugar de ocio. Víctor López planteó que el 36% de las enfermedades cardiovasculares tiene al tabaco como origen y destacó la oportunidad que se le presenta ahora al Parlamento para «hacer una ley sin resquicios».

Encuesta

Un estudio realizado sobre una muestra de 18.000 personas, presentado en la Comisión de Sanidad, revela que el 84% de los españoles está en contra de que se fume en lugares públicos cerrados. Además, un 95% cree que respirar el humo ajeno es perjudicial para su propia salud.

Este trabajo, que todavía no se ha publicado oficialmente porque está a falta de los últimos detalles, pone de manifiesto también que el 78% de los no fumadores (un 60% del total de las 18.000 personas entrevistadas) afirma sentirse «incómodo» cuando respira humo de cigarrillos; un disgusto que alcanza el grado de «mucho» o «bastante» para el 85% de los mismos.

Asimismo, la investigación concluye que el 43% de los niños se expone al humo del tabaco en su hogar, que en el 41% de las unidades familiares hay uno o más fumadores, y que el 35% de las embarazadas vive en casas en las que se fuma.

Por otro lado, el 18% de los escolares encuestados manifiesta estar expuesto al tabaquismo pasivo en el propio colegio, lo que significa que se incumple la normativa que impide fumar en los centros educativos.

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