Es indoloro y no es grave, sin embargo, vivir con vitíligo no resulta sencillo. Esta enfermedad hace que la piel pierda su color porque se destruyen los melanocitos, las células que la pigmentan. Hasta la fecha no se ha encontrado una solución totalmente eficaz para resolver este problema estético, aunque se están consiguiendo avances.
La última promesa son los trasplantes de células de piel con los que se lleva tiempo experimentando. El tratamiento consiste en implantar las células productoras de la pigmentación (melanocitos) en las manchas blancas del vitíligo, donde no existen estas células. Esta semana la revista «The Archives of Dermatology» recoge dos estudios que avalan la eficacia y seguridad de los injertos. En ambos trabajos se implantaron células de cultivos «in vitro» extraídos de la epidermis del propio paciente.
Nany van Geelde, del Hospital Universitario de Gante (Bélgica), y sus colegas probaron los injertos en 28 personas. Se les dividió en dos grupos: pacientes que llevaban más de un año sin nuevas manchas y pacientes en los que la enfermedad no se había estabilizado. A todos se les extrajeron capas de piel pigmentada del glúteo para obtener los melanocitos necesarios.
Tres semanas después de la colocación de los injertos, todos los pacientes fueron tratados con rayos UVA durante dos meses. En el grupo de vitíligo estable, la repigmentación fue homogénea y llegó hasta el 77% del área tratada. Pero no llegó al 70% de cobertura en los otros.
En la segunda investigación, realizada por médicos de la Clínica Noble (India), los resultados fueron aún mejores. De los 67 enfermos tratados, 41 consiguieron repigmentar hasta el 95% de las zonas dañadas. Los beneficios se mantuvieron durante los cinco años que duró el seguimiento del trabajo. En esta ocasión se utilizó un injerto diferente al del equipo belga. No sólo trasplantaron melanocitos, sino que añadieron queratinocitos, las células que dan estructura a la piel.
