Ladan y Laleh Bijani, dos siamesas iraníes de 29 años unidas por la cabeza y el tronco, se someten en estos momentos a una intervención en un hospital de Singapur para ser separadas. Los médicos tienen la esperanza de que ambas salgan con vida de la primera operación de este tipo realizada en adultos.
El proceso resulta extremadamente complicado, ya que las pacientes comparten el cráneo y la arteria que suministra sangre a sus dos cerebros, unidos en un 30%, y aunque los médicos aseguran que la separación es técnicamente posible, no existe garantía de éxito.
El neurocirujano singapurés Keith Goh y el cirujano plástico Walter Tan, ambos del hospital privado Raffles, dirigen a un equipo médico de 12 cirujanos, ocho anestesistas y cuatro radiólogos, además de un centenar de profesionales de soporte procedentes de varios países y hospitales.
«Hemos reunido a un equipo de expertos internacionales para que la operación de Ladan y Laleh tenga las mayores posibilidades de éxito», subrayó el director del hospital Raffles, Loo Choon Yong.
A modo de preparación, los expertos realizaron en la última semana dos simulacros para repasar cada uno de los procedimientos de la delicada intervención quirúrgica, que se prolongará al menos durante 48 horas.
Los cirujanos operan a las siamesas en posición sentada, en una mesa especialmente diseñada para este caso, y se rigen por un sistema computerizado de imagen guiada.
La intervención de siameses adultos unidos por la cabeza no tiene precedentes, aunque la antecede en Singapur la hazaña del equipo encabezado también por Goh que logró en 2001 separar con éxito a dos bebés nepalíes de once meses que compartían el cráneo.
«Esperamos que la operación nos lleve al final de este difícil camino y que podamos empezar nuestras maravillosas vidas como dos personas separadas», dijeron Ladan y Laleh, licenciadas en Derecho, en una carta que el hospital singapurés hizo pública esta semana.
En caso de resultar un éxito la operación, a las jóvenes Ladan y Laleh Bijani les aguarda un largo periodo de rehabilitación, la posibilidad de desfiguraciones y los efectos psicológicos y emocionales al ser físicamente separadas de alguien con quien han pasado los últimos 29 años.