El Consejo Nacional de Investigación de EEUU alerta de los riesgos para la Humanidad la primera misión a Marte

Recomiendan a la NASA que evite todo contacto con ella para proteger a la Tierra de la contaminación biológica
Por EROSKI Consumer 4 de mayo de 2002

Si hay vida en Marte, los primeros seres humanos que pisen el planeta rojo deberían evitar todo contacto con ella. Es la principal recomendación que ha hecho a la NASA el Consejo Nacional de Investigación (NRC), un organismo de las Academias Nacionales de EE UU, de cara al futuro desembarco humano en el mundo vecino. El comité de sabios reconoce que «la probabilidad de que existan formas de vida en la superficie de Marte es muy pequeña». Sin embargo, añade que no se puede descartar que las haya en algunos oasis -especialmente donde pueda existir agua líquida- y que, aunque el riesgo de que supongan una amenaza para la vida en la Tierra es muy bajo, «no puede ignorarse».

Los científicos admiten en su informe -fue hecho público el miércoles y puede leerse en la web de las Academias Nacionales- que esto les coloca ante un dilema: «¿Cómo puede la NASA utilizar el ingenio y la creatividad humanas sobre Marte para la búsqueda de vida cuando esa vida, de existir, podría suponer una amenaza para la salud y seguridad de los astronautas -y, por tanto, el éxito de la misión humana-, así como para la biosfera terrestre?». La respuesta es extremando las precauciones.

«Hasta que se demuestre lo contrario, la NASA debe asumir que, si existe vida en Marte, puede ser peligrosa para la biosfera terrestre», señalan los miembros del NRC. Por ello, los expertos proponen que la agencia espacial recurra a naves robot equipadas con pequeños laboratorios para «identificar zonas de mínimo riesgo biológico para el ser humano» entre las que elegir el destino de la primera misión tripulada. El objetivo sería evitar el contacto con cualquier forma de vida alienígena o, en el peor de los casos, minimizar el riesgo de una contaminación que obligaría, tras un largo viaje interplanetario de dos años, a confinar a los astronautas en cuarentena hasta que hubiera garantías de inocuidad.

Salvaguardar la Tierra de cualquier posible contaminación conlleva impedir, asimismo, que todo el material que haya estado expuesto a la atmósfera marciana entre en contacto con la de nuestro planeta, desde los trajes de los astronautas hasta el módulo en el que hayan despegado de Marte. Por eso, los científicos abogan porque los expedicionarios abandonen el módulo marciano en la órbita del planeta y se trasladen, con todo lo que vayan a traer de regreso a la Tierra, a otro vehículo que no haya permanecido en el medioambiente alienígena.

El embarque de personas y cosas que hayan estado en la superficie de Marte en la no contaminada nave de regreso se realizaría en un ambiente estéril. La maniobra puede ser tan compleja que los autores creen que cabe la posibilidad de que el vehículo de vuelta resulte contaminado, por lo que debería, a su vez, ser abandonado en el espacio antes de llegar a la Tierra. Sólo regresarían a nuestro planeta los astronautas y los materiales y muestras debidamente aislados o esterilizados.

Además del peligro biológico, el NRC -al que la NASA pidió el informe a pesar de que aún no hay fecha para el primer viaje humano al planeta rojo- destaca la necesidad de contar con detallados mapas tridimensionales de la superficie del planeta para elegir el lugar idóneo para el amartizaje y el trabajo de los astronautas. Otros extremos que tendría que estudiar la agencia espacial antes de embarcarse en una aventura de este tipo son cómo el polvo marciano puede afectar a los equipos y qué componentes presentes en el planeta -como el cromo hexavalente- se encuentran en proporciones que puedan resultar peligrosas para la salud humana.

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