El estrés crónico suave puede propiciar el desarrollo de Alzheimer

No obstante, el principal factor desencadenante es el envejecimiento
Por EROSKI Consumer 9 de marzo de 2012

El estrés crónico suave puede estar implicado en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, según han determinado científicos del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra. Los resultados se han publicado en la revista científica «Journal of Alzheimer’s Disease».

El desarrollo del Alzheimer de tipo esporádico, que representa el 95% de los casos, está asociado a diferentes factores de riesgo, genéticos y ambientales. Si bien el principal es el envejecimiento, el estrés crónico también se ha relacionado con la aparición de esta enfermedad. Mar Cuadrado, investigadora del Área de Neurociencias del CIMA y autora principal del trabajo, explica que el estudio trata de determinar si un proceso de estrés crónico suave, similar al estrés clásico en la vida diaria, podría influir en la aparición de esta patología neurodegenerativa.

La investigadora detalla que se utilizaron ratones jóvenes con Alzheimer inducido que todavía no mostraban los rasgos característicos de la enfermedad. «Tras someterles a un protocolo de estrés crónico de seis semanas de duración, observamos que estos animales presentaban una pérdida de memoria severa y un aumento significativo de los dos principales marcadores de la enfermedad: el péptido beta-amiloide y la proteína Tau fosforialda, dos proteínas que se acumulan en el cerebro de estos pacientes», apunta. «Un estrés suave, aplicado de manera crónica, contribuye a agravar y acelerar los principales rasgos de la enfermedad en estos animales, que mostraban una predisposición genética para desarrollar Alzheimer», señala Cuadrado.

El CIMA explica que «hay muchos estudios que avalan que el estrés produce deterioro cognitivo». Además, los pacientes con depresión tienen episodios de pérdida de memoria y el estrés es uno de los factores que se asocian a la depresión. «En nuestro trabajo hemos confirmado que el estrés podía afectar directamente a los marcadores propios de la enfermedad de Alzheimer», comenta Cuadrado.

Los investigadores del CIMA tratan de utilizar en la actualidad estos resultados para obtener modelos animales que desarrollen todas las características de los pacientes de Alzehimer. «De esta manera podremos ensayar con más fiabilidad nuevas moléculas diseñadas para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer», avanza.

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