El Tribunal Supremo ha condenado al cirujano de la clínica Quirón de Barcelona, Francisco Javier Benito de Mora, a pagar 60.101 euros a una paciente en concepto de indemnización por una operación de cirugía estética. La denunciante, que acudió a la clínica para mejorar la imagen de su busto, demandó al cirujano al considerar que éste le había dejado los pechos con «cicatrices antiestéticas».
Con esta decisión, el Supremo ratifica la sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 44 de Barcelona, cuyo fallo, publicado en enero de 1996, fue recurrido por Benito de Mora. Tras estudiar los pormenores del caso, la Audiencia Provincial de Barcelona se pronunció en julio de 1997 a favor del cirujano.
No conforme con esta decisión, la paciente recurrió ante el Supremo, quien acaba de revocar la sentencia de la Audiencia catalana, otorgando la razón a la demandante. Asimismo, el Supremo ordena a Benito de Mora y a la clínica Quirón a pagar al 50% las costas judiciales.
Los hechos juzgados se remontan a junio de 1988, cuando el cirujano «resituó» los senos de la demandante con un implante de silicona. La paciente exigió en su demanda la cantidad de 120.202 euros, cantidad que el Supremo -en conformidad con el Juzgado de Primera Instancia de Barcelona- redujo a 60.101 euros.
Por otro lado, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) denegó ayer la indemnización solicitada por los padres de un niño que nació en 1984 en un hospital público con una cojera, porque en aquella época aún no existían las ecografías. El joven, que actualmente cuenta con 18 años, sufre una luxación de cadera congénita.
