Qué enfermedades hay detrás de la fatiga y cómo prevenir este cansancio

La fatiga que se alarga en el tiempo puede ser síntoma de numerosas enfermedades, como también un efecto secundario de determinados fármacos
Por Verónica Palomo 19 de noviembre de 2024
hombre con fatiga
Imagen: Ryan Snaadt
Los médicos definen la fatiga como una sensación de falta de energía o agotamiento físico o mental, no necesariamente asociado a ninguna actividad física, que conlleva la disminución de la capacidad para trabajar y llevar a cabo las tareas habituales. En ocasiones, este cansancio no remite con el descanso y hasta duele tras el reposo. ¿Qué ocurre? ¿Por qué estoy tan cansada? ¿Por qué tengo esta fatiga todo el día? Hay ciertas enfermedades que causan mucho cansancio y fatiga, pero también algunos medicamentos tienen la culpa. Conoce qué dolencias pueden provocar esta fatiga y qué formas hay de minimizarla o prevenirla.

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Qué se esconde detrás de la fatiga

➡️​ Fatiga durante un mes

Se calcula que entre un 5 % y un 20 % de la población puede presentar fatiga durante un mes en algún momento de su vida, algo que no tiene por qué significar que se esté atravesando por ninguna enfermedad. Los trastornos más frecuentes que se suelen manifestar con esta fatiga de menos o igual a un mes son, por ejemplo, los efectos secundarios de algunos fármacos (antidepresivos, antihistamínicos, diuréticos, relajantes musculares, sedantes o antihipertensivos), episodios de anemia, estrés o depresión.

➡️​ Fatigado de uno a seis meses

Las causas que más frecuentemente pueden encontrarse detrás de una fatiga que se prolonga de uno a seis meses son la diabetes, el hipotiroidismo, enfermedades autoinmunes, las alteraciones del sueño (por ejemplo, apnea) o enfermedades como el cáncer.

➡️​ Cansancio de más de seis meses

Cuando esa fatiga dura más de seis meses, algo que se calcula le ocurre entre a un 1 % y un 10 % de la población, puede estar relacionado con una anemia o un síndrome de fatiga posviral, tras haber pasado por una infección, el consumo de determinados fármacos, una depresión, un tumor o un cáncer. Pero también se pueden encontrar casos de fibromialgia o del síndrome de fatiga crónica.

Ni vagos ni enfermedades imaginarias

A lo largo de la historia los pacientes con síndrome de fatiga crónica y fibromialgia se han sentido estigmatizados, ya que durante algún tiempo estas patologías se consideraron trastornos psicológicos. Las últimas investigaciones han demostrado que estas personas ni son vagas ni las dolencias son causa de su imaginación. No está completamente claro el origen de la enfermedad.

mujer con fatiga
Imagen: Mel Elías

Los pacientes con fibromialgia sufren alteraciones de los neurotransmisores del sistema nervioso, sustancias encargadas de comunicar las neuronas entre sí. Esto genera un desequilibrio que explica los diferentes síntomas de la enfermedad, como percibir mal los estímulos sensoriales —notan dolor con el calor, el frío o la presión—, el estado depresivo, de ansiedad, alteración en las vías de modulación de dolor o un exceso de estimulación del sistema nervioso autónomo que provoca dolores de cabeza o mareos.

Por otra parte, hallazgos recientes han encontrado que el 70 % de las fibras nerviosas de tipo C, las encargadas de conducir el estímulo doloroso desde los tejidos periféricos hasta la médula espinal, están lesionadas en los pacientes con fibromialgia, lo que explica el dolor generalizado.

“Todos los que desarrollan estas enfermedades es porque tienen una predisposición genética, pero para que estas broten se han tenido que producir diferentes desencadenantes, que pueden ser a nivel físico —traumatismos, contacto con tóxicos, como insecticidas o infecciones como la enfermedad de Lyme, la mononucleosis infecciosa causada por el virus Epstein-Barr o la hepatitis C—, pero también a nivel emocional. El estrés o la ansiedad no son la causa de la enfermedad, pero sí que pueden hacer que se desequilibren los neurotransmisores”, detalla Miriam Almirall, reumatóloga del Hospital Universitario Vall d’Hebron.

Cómo prevenir el cansancio

Cada individuo tiene una determinada capacidad a la hora de mostrar resistencia a la fatiga y esta se ve regulada por sus características personales —la edad es la más evidente—, pero también por otros factores como la alimentación, el descanso y el ejercicio.

✅ Alimentación

No existen alimentos milagro ni se recomienda un nutriente en concreto, pero una dieta que no sea equilibrada y ser irregular a la hora de tomar las comidas, así como una drástica reducción de calorías, afectará a la capacidad de resistir la fatiga. Cualquier carencia nutricional puede hacer que el organismo reaccione más lentamente de lo normal: se pierde fuerza y aparece la sensación de desfallecimiento y cansancio.

✅ Patrón de descanso

Todos los adultos necesitan descansar y dormir un número de horas seguidas (una media de ocho horas), aunque hay algunos que necesitan más que otros para notar que realmente han descansado. Es importante conocer el patrón de descanso que tiene cada persona, ya que la cantidad y calidad del sueño afectan a la capacidad de resistencia ante la fatiga. Una mala higiene del sueño no solamente produce somnolencia, también fatiga mental (poca concentración, falta de coordinación e irritabilidad).

✅ Deporte

El ejercicio físico de intensidad moderada y practicado con regularidad suele estar indicado para todas las personas, ya que llevar una vida sedentaria favorece la flaccidez muscular y, con ello, la pérdida de resistencia y la sensación de cansancio cuando se realiza algún esfuerzo físico por pequeño que sea.

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