Entrevista

«Para minimizar la irritación de la piel es fundamental aclararla a conciencia y secarla lo más rápido posible»

Diego de Argila, especialista en dermatología medico-quirúrgica y venereología
Por Inma Garrido 16 de abril de 2020
Diego de Argila dermatologo

Especialista en dermatología medico-quirúrgica y venereología, Diego de Argila (Madrid, 1965) en la actualidad es coordinador de la Unidad de Fotobiología del servicio de Dermatología del Hospital Universitario de La Princesa (Madrid) y también pasa consulta en el Hospital Universitario Quirónsalud Madrid ubicado en Pozuelo de Alarcón. Hablamos con él sobre los hábitos higiénicos en esta crisis sanitaria por el coronavirus, principalmente del buen lavado de manos, y los problemas en la piel derivados de la COVID-19, tanto en niños como en adultos y en los profesionales sanitarios.

Durante la pandemia de la COVID-19 lavarse las manos ha sido clave para evitar el contagio. ¿Existe una explicación científica?

Sí. El virus tiene una envoltura compuesta por una capa de lípidos muy parecida a la membrana de las células humanas. Y, precisamente, esa membrana vírica se acopla a la de nuestras células para introducir el contenido genético, el RNA, que luego produce la multiplicación del virus. Los jabones tienen una propiedad surfactante que disuelve esa membrana de lípidos. El agua y el jabón, en definitiva, desactivan al virus y evitan que se replique.

¿Cuántas veces se sigue recomendando su lavado? 

No hay una frecuencia determinada. La OMS dice que hay que lavarse con más frecuencia de lo habitual. Siempre es obligatorio antes de alguna actividad como, por ejemplo antes de las comidas, porque este virus se transmite no solo a través de la respiración y las gotas, sino que tiene una transmisión que nosotros llamamos oral-fecal: si tocas comida con la mano llena de virus y la llevas a la boca, puedes contagiarte también. Hay que recordar también lo importante que es evitar tocarse los ojos o la boca, si no nos hemos lavado las manos previamente. 

¿Los médicos y los sanitarios tienen otro protocolo?

Absolutamente. Nuestra obligación es lavárnoslas cinco veces cada vez que vamos a visitar a un paciente: antes de entrar en su habitación; después de tocarle; tras hacerle una manipulación, como ponerle el suero o tomarle una constante; luego, tras salir de la habitación; y, por último, al abandonar la zona de contacto del paciente. El resto de las personas no expuestas de forma continua a personas infectadas, además de antes de comer como decía antes, deben lavarse las manos siempre después de haber tocado una superficie que se presuponga contaminada, como el teclado de un ordenador que haya manipulado alguien. Parece que otras fuentes de contagio frecuentes son los botones de los ascensores y la manipulación de teléfonos móviles.

Los productos de limpieza y alcoholes resecan la piel, sobre todo en las personas sensibles. ¿Qué tipo de cremas o tratamientos se deberían usar?

Los geles desinfectantes están compuestos de base alcohólica, es lo esencial; tienen que tener más de un 60 % de alcohol. Estos compuestos, igual que el uso repetido de jabones, secan e irritan la piel. Por eso, lo primero, y muy importante también después de un lavado, es aclararse bien a conciencia; y hay que quitarse los anillos para evitar que queden restos jabonosos. Y fundamental para minimizar la irritación de la piel es secarla lo más rápido posible. Las personas que tengan problemas, como eczemas de manos o piel sensible o atópica, deben usar una crema específica emoliente: puede ser una crema extra grasa o con un humectante, como la urea o el gluconato amónico, que retienen el agua dentro de la piel y evitan su evaporación. Las que no tengan problemas, con una crema hidratante normal conseguirán que no se irrite ni se reseque.

¿Cuáles son los principales problemas dermatológicos que ha podido observar en tiempos del coronavirus?

Estamos empezando a entender mejor esta enfermedad y empezamos a ver lesiones inusuales. No podemos considerar el SARS-CoV-2 como un virus exantemático, que son los que habitualmente ocasionan sarpullidos como el sarampión o la rubeola. Pero hemos observado que, hasta en un 20 % de los casos, los pacientes tienen alteraciones en la piel durante el proceso de infección, que generalmente dan pocos síntomas y pasan desapercibidos. El virus produce alteraciones del sistema inmunológico y de la coagulación, lo que lleva a que algunos pacientes, incluso después de ser dados de alta, empiecen con problemas en la piel que todavía no entendemos muy bien. Estamos en pleno proceso de investigación.

Se habla mucho de las lesiones dermatológicas en los pies, sobre todo en los niños. ¿Es posible que sea un síntoma?Se ha diagnosticado primero en los niños, pero también se está observando en los adultos. Son lesiones parecidas a los sabañones, pero más graves. Y parece que se deben a alteraciones de la coagulación que provocan pequeños trombos en los vasos sanguíneos de las zonas más distales, como son los dedos de las manos y de los pies, y que a veces producen una isquemia (falta de riego) y lesiones graves.

¿Tenemos que cuidarnos más durante el confinamiento? 

En casa no, aparte de lavarse más las manos. Hay que tratar la piel con normalidad, salvo que haya algún familiar afectado. Con una ducha diaria a 25 o 30 grados y el jabón es suficiente para eliminar el virus. Luego hay que seguir con las medidas hidratantes que cada cual necesite.

¿Y cómo tendremos que cuidar la piel cuándo volvamos a salir a la calle después de tantos días confinados?

Cuando volvamos a salir y a hacer vida normal, no está muy claro. Hay ciertas lesiones que se están iniciando y en el futuro esperamos que, en buena lógica, se curarán. Cuando salgamos, tendremos que hacer los cuidados que nos están recomendando: mascarilla y guantes y la esterilización con alcohol de las superficies que puedan estar contaminadas. Otra cosa son los colectivos más expuestos como médicos y enfermeras, los sanitarios. Se está viendo que tienen más problemas cutáneos de lo normal, como consecuencia del uso repetido de los equipos de protección individual, guantes, mascarillas, gafas, etc. Estos elementos vestimentarios no permiten la transpiración normal y a menudo irritan la piel. Están aumentando los eczemas irritativos y las inflamaciones. 

¿Cuál ha sido su labor como dermatólogo estas semanas de pandemia?

He dejado temporalmente mi especialidad y me he integrado, como muchos otros especialistas, en los equipos atención específicos de la COVID-19, generalmente dirigidos por internistas y neumólogos, para realizar una labor de apoyo. Otros compañeros permanecen en las consultas. Se han suspendido las consultas externas, salvo las imprescindibles, y ahora atendemos a los pacientes por teléfono o a través de la telemedicina.

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