El impacto del diagnóstico de cáncer: cómo gestionar las emociones

El cáncer afecta a la salud física de la persona enferma, pero su diagnóstico también afecta a la salud emocional, ya que altera la calidad de vida y el bienestar personal
Por Asociación Contra el Cáncer – Sede Bizkaia 8 de enero de 2023
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Imagen: iStock
La salud es un aspecto clave que puede condicionar nuestra forma de vivir y nuestras expectativas. Cuando recibimos un diagnóstico de cáncer, podemos tener la sensación de que la vida se paraliza. Lo que hasta ahora nos parecía importante pasa a un segundo plano. El cáncer se convierte en el centro de atención del núcleo familiar y del entorno más cercano, alterando las rutinas y las tareas cotidianas. Además, los círculos sociales que han sido un apoyo emocional para la persona diagnosticada, probablemente, también sufran cambios. Por lo general, esta situación de incertidumbre e inestabilidad suele generar emociones difíciles de gestionar.

¿Por qué afecta emocionalmente el cáncer?

El diagnóstico de cáncer puede suponer un alto impacto emocional para la persona enferma, pero también para sus familiares, ya que se trata de una situación crítica llena de cambios.

Las emociones son las reacciones fisiológicas que nos ayudan a adaptarnos a una circunstancia en concreto. En el caso de un proceso oncológico, ayudan a comprender lo que está sucediendo. En ocasiones, pueden ser emociones muy desagradables (como tristeza, rabia, miedo…), por lo que, comprender cómo son y la razón por la que aparecen ayudará a sobrellevarlo de una forma más adaptativa. Está bien sentirse mal.

Por naturaleza, el ser humano busca el bienestar. Si tuviéramos la posibilidad de escoger cómo sentirnos, la elección iría dirigida a sentirnos bien. Por el contrario, cuando nos sentimos mal, tratamos de conseguir que ese malestar desaparezca lo antes posible.

Claves para gestionar las emociones

En situaciones en las que nos sentimos en peligro o la vida no se desarrolla como esperábamos, es habitual sentir emociones como tristeza, miedo intenso o rabia.

Estas emociones aparecen de manera natural, como respuesta a las dificultades que se están viviendo. Sin embargo, cuando se trata de evitar sentirse así, resulta complicado y no se suele llegar a conseguir. ¿Por qué? Precisamente porque estas emociones son una respuesta inevitable ante el cáncer, una enfermedad que nos cambia la vida.

Por ello, desde la Asociación Contra el Cáncer ofrecemos algunas claves para aprender a convivir con estas emociones: 

  • Permítete sentirte como te sientes en la situación que estás viviendo.
  • Expresa cómo te sientes y comunica cómo te pueden ayudar.
  • Tómate espacios para sentir cada una de tus emociones y compártelas con los demás.
  • Si te ayuda, incluye alguna técnica de regulación emocional, para reducir la intensidad del malestar.
  • Realiza alguna actividad agradable para ti. Es importante comenzar por algunas sencillas.

Vivir una enfermedad como el cáncer puede no ser fácil y puede resultar muy difícil gestionar las emociones. Por ello, no dudes en buscar ayuda profesional. Desde la Asociación Contra el Cáncer queremos ayudarte, por lo que ofrecemos apoyo psicológico individual y grupal, tanto en el proceso de enfermedad a pacientes y familiares como en el proceso de duelo.

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