Investigadores de la Universidad del Sur de California (USC) han descubierto una evidencia biológica de que incluso una reducción, a corto plazo, de la exposición a la contaminación del aire mejora la salud cardiovascular. Los resultados del estudio, basado en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, se han publicados en la revista médica «Journal of the American Medical Association». «Creemos que este es el primer estudio importante en demostrar, claramente, que los cambios en la exposición a la contaminación del aire afectan a los mecanismos de la enfermedad cardiovascular en personas sanas y jóvenes», afirma el doctor Junfeng Jim Zhang, autor principal del estudio y profesor en la Escuela de Medicina Keck de la USC.
Beijing, que sufre contaminación atmosférica crónica, recibió los Juegos Olímpicos de Verano en 2008 después de prometer mejorar la calidad del aire durante la duración del evento. Con un presupuesto de 17.000 millones de dólares en la limpieza del medio ambiente, el gobierno cerró las fábricas y limitó el tráfico de automóviles de julio a septiembre, para abarcar la duración de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos. Las medidas de control de la contaminación se relajaron después de la finalización de los juegos. «Beijing es una de las ciudades más contaminadas del mundo, y el Gobierno chino se había propuesto reducir los niveles de contaminación hasta ser comparables con los de otras sedes», explica Zhang, «así que aprovechamos esta enorme intervención para observar lo que sucede en las personas, biológicamente».
El equipo de Zhang, que incluye a científicos de la Universidad de Rochester, la Universidad de Nueva Jersey y la Universidad de Peking, reclutó a 125 médicos residentes, hombres y mujeres, que trabajaban en un hospital del centro de Beijing, que eran no fumadores y estaban libres de enfermedades. Los participantes, cuya edad promedio fue de 24 años, visitaron la clínica seis veces: dos veces antes de los controles de contaminación del aire, dos veces mientras funcionaban los controles de la contaminación y dos veces más después de la finalización de los juegos.
Los investigadores examinaron los marcadores de inflamación sistémica y la coagulación sanguínea, así como la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Durante los Juegos Olímpicos, se observaron reducciones estadísticamente significativas en el factor de Von Willebrand y los niveles de CD62P solubles, que están asociados a la coagulación de la sangre, entre los participantes del estudio. La CD62P soluble y los niveles de presión arterial sistólica se incrementaron significativamente después de los Juegos Olímpicos. Estos cambios indican que la exposición a altos niveles de contaminación atmosférica se asocia con un mayor riesgo de problemas cardiovasculares. «Los cambios en la fisiología cardiovascular y la inflamación contribuyen a la inestabilidad de las placas de ateroma, que pueden conducir a un ataque al corazón, o un derrame cerebral, si se rompen», explica Zhang.
Cada marcador biológico observado en la investigación se ha relacionado con la mortalidad cardiovascular en los ensayos clínicos, pero pocos estudios han examinado cómo el entorno afecta a los marcadores. De hecho, hace poco que los estudios de población han relacionado la exposición a la contaminación del aire con el riesgo de enfermedad cardiovascular, según afirman el profesor Jonathan Samet y Flora L. Thornton, de la Escuela Keck de Medicina Preventiva. Este nuevo estudio ofrece una evidencia importante de que la exposición a la contaminación atmosférica daña la salud de la población. La investigación también pone de relieve el hecho de que la salud de las personas y el medio ambiente están indisolublemente ligados, según la doctora Caroline Dilworth, del programa del Instituto Nacional de Ciencias de Salud Ambiental. Dilworth afirma que, «cuando los niveles de contaminación del aire se reducen, los beneficios para la salud pueden ser inmediatos».