Migraña protectora

La migraña protege del deterioro cognitivo propio del envejecimiento, según un estudio estadounidense
Por Teresa Romanillos 25 de mayo de 2007

Las facultades cognitivas de las personas que padecen migraña son similares a las de una persona sana. Sin embargo, un estudio acaba de descubrir que, con los años, los afectados de migraña sufren una pérdida de memoria menor. Estos son los inesperados resultados de un trabajo publicado recientemente en la revista Neurology.

Investigadores estadounidenses han evidenciado que las mujeres que padecen migrañas tienen menos declive cognitivo a medida que envejecen que las mujeres que no las presentan. Los hallazgos del estudio han resultado inesperados y sorprendentes ya que no se esperaba que una patología del sistema nervioso pudiera tener, al fin y al cabo, un efecto beneficioso en otros aspectos.

La sospecha de que las crisis de migraña pudieran provocar algún tipo de lesión neurológica a largo plazo había motivado estudios previos con resultados contradictorios: mientras que en algunos no se había encontrado ninguna asociación, otros hallaron que las personas con migrañas presentaban algunos déficit en las tareas que requieren atención, habilidad verbal y memoria.

Nuevos hallazgos

En el nuevo estudio han participado 1.448 mujeres, 204 de las cuales sufrían migrañas. Todas fueron sometidas a una serie de pruebas cognitivas en 1993, que fueron repetidas de nuevo 12 años más tarde. Los resultados de las pruebas iniciales fueron muy similares en ambos grupos, aunque en algunos aspectos (recordatorio de palabras a corto y largo plazo) la puntuación de las que padecían migrañas con aura era ligeramente inferior (recordaban una media de 0,76 palabras menos).

Sin embargo, en las pruebas que se realizaron una década después el declive de las mujeres, de 50 años o más, con migraña era mucho menor. Entre las voluntarias sanas su capacidad de recordar un grupo de palabras había disminuido en más de 1,09 palabras mientras que en el otro grupo sólo habían reducido 0,25 y las pacientes con aura no habían experimentado ningún declive.

Los hallazgos del estudio demuestran que aunque las funciones cognitivas de la persona migrañosa parecen similares a las de una persona sana, con el envejecimiento sufren un declive menor, sobre todo cuando se trata de personas que sufren migraña acompañada de síntomas visuales (aura). Los científicos lanzan algunas hipótesis sobre el por qué de estos resultados, aunque creen que posiblemente habrá que tener en cuenta el papel de los fármacos que utilizan estas pacientes para mejorar sus síntomas. Algunas investigaciones sugieren que ciertos antiinflamatorios podrían mejorar la memoria.

Los expertos señalan los cambios vasculares propios de la enfermedad como causa del menor declive cognitivo

Asimismo, señalan que el estilo de vida de estas pacientes también puede tener un rol importante ya que suelen ser personas más preocupadas por su salud que tienden a no beber alcohol, a dormir más y a tomar más vitaminas y complementos. Sin embargo, los autores, procedentes de la Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health (EEUU), consideran que la principal explicación está en algún factor biológico de la propia enfermedad (como cambios vasculares o diferencias subyacentes en la activación neuronal) que provocan un menor declive a lo largo del tiempo.

Anomalías en el cerebro

Hasta ahora se consideraba que la migraña era un problema funcional que no afectaba a la estructura del cerebro pero un estudio publicado en PLoS Medicine ha evidenciado que las personas que padecen este trastorno presentan anomalías en dos regiones cerebrales; en concreto, en la corteza gris y la sustancia blanca. Los investigadores, procedentes de la Harvard Medical School de Massachusetts, han centrado sus trabajos en dos zonas de la corteza (llamadas V3A y MT+) que se asocian con la percepción del movimiento.

Para el estudio se han empleado dos tipos de resonancias magnéticas para explorar el cerebro a 24 personas con migraña y 15 voluntarios sanos. Los resultados señalan que ambas regiones de la corteza cerebral son más gruesas en los afectados de migraña. El examen de la sustancia blanca cercana a estas zonas también presenta anomalías aunque no pueden precisarse las causas que los originan.

Se sabe que estas dos áreas procesan señales relacionadas con el movimiento por lo que los hallazgos podrían explicar el déficit en la percepción visual de movimientos que presentan personas con migrañas mientras no sufren ataques, como diferencias en la sensibilidad a contrastes temporales y espaciales o de color. Los autores consideran que los cambios en el grosor de la corteza reflejan una exagerada excitabilidad en las neuronas de esas zonas, probablemente, debida a un defecto en los canales de calcio de estas células.

Una de las finalidades del estudio era averiguar si existen diferencias entre los pacientes con migraña con o sin aura visual, objeto de debate durante años. Se ha especulado, incluso, de que podía tratarse de dos enfermedades diferentes. El aura es un fenómeno de déficit transitorio en la visión (pérdida de algún campo visual o luces centelleantes, entre otras) que se produce antes de que aparezca el dolor de cabeza. El hecho de que los dos tipos de pacientes compartan las mismas anomalías cerebrales indica que probablemente se trata de un solo trastorno. Dado que las personas que sufren migraña sin aura también presentan estas anomalías, los autores creen que estos pacientes pueden experimentar una especie de auras silenciosas o asintomáticas.

LA COMBINACIÓN MÁS EFECTIVA

ImgImagen: Vanessa Pike-Russell

Un estudio reciente revela que asociar sumatriptan y naproxeno, dos fármacos utilizados frecuentemente en el tratamiento de las migrañas, puede ofrecer alivio más rápido y duradero del dolor que tomar ambos medicamentos por separado. Los investigadores señalan que la terapia combinada ofrece alivio para la cefalea en el plazo de dos horas en el 65% de los voluntarios frente al 28% de los tratados con placebo. En el estudio han participado alrededor de 3.000 personas entre 18 y 65 años con migraña.

Los pacientes fueron asignados de manera aleatoria a uno de estos cuatro grupos: terapia combinada (una sola pastilla que contenía sumatriptan y naproxeno), tratamiento sólo con naproxeno, monoterapia con sumatriptan o un placebo. Se les pidió que tomaran la medicación cuando el dolor de la migraña fuera de intensidad moderada a severa. Las personas que habían recibido terapia combinada con los dos fármacos refirieron un mayor alivio que los que usaban sólo uno de los medicamentos o placebo.

Los mejores resultados fueron tanto a corto plazo como a las 24 horas en que se evidenciaba un alivio sostenido del dolor (hasta un 48% frente al 35% para sumatriptan, 30% para naproxeno y 18% para placebo). La tolerancia al tratamiento combinado fue buena sin que se registrara ningún incremento significativo en los síntomas gastrointestinales, aunque hay que tener en cuenta que en ciertas patologías digestivas no es recomendable el uso de antiinflamatorios.

La autora del estudio, Jan Lewis Brandes, neuróloga del Nashville Neuroscience Group y profesora en la Facultad de medicina de la Universidad de Vanderbilt en Nashville (Tennessee, EEUU), razona el por qué de los resultados. «El producto combinado es superior a cualquiera de estos dos fármacos por sí solos ya que actúa directamente en el proceso que ocurre en el cerebro durante la migraña: sumatriptan para contraer los vasos sanguíneos e interrumpir el dolor y naproxeno en el proceso inflamatorio». Los resultados del estudio aparecen en la edición de abril de la revista Journal of the American Medical Association.

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