Novedades en el tratamiento de la osteoporosis

Se calcula que la osteoporosis afecta a cinco de cada 100 personas, y es cuatro veces más común en mujeres que en hombres
Por Malen Ruiz 13 de febrero de 2007

En España, la incidencia de osteoporosis en mujeres mayores de 50 años se estima en alrededor del 30%. La osteoporosis se caracteriza porque el ritmo de destrucción del hueso es más rápido que el de formación. El tratamiento orientado a retrasar la destrucción del hueso (que se plasma en la disminución de la densidad mineral ósea) ha demostrado ser más efectivo que el tratamiento para aumentar el proceso de remineralización. Esto significa que hay que aplicarse en la prevención antes de que la destrucción ósea sea irreversible. Los tratamientos conjuntos de bifosfonatos y calcio muestran resultados alentadores a largo plazo.

Los huesos son tejidos vivos, metabólicamente activos, y su correcto desarrollo y renovación a lo largo de la vida depende de muchos factores. La osteoporosis, la pérdida neta de masa de los huesos por su acelerada destrucción e insuficiente renovación, que incrementa el riesgo de fracturas, es un fenómeno relativamente común, especialmente en las mujeres tras la menopausia. El uso de unos compuestos, los bifosfonatos, junto con suplementos de calcio, para su tratamiento se está generalizando por sus buenos resultados como inhibidores de la destrucción ósea.

Sin embargo, todavía hay pocos datos sobre la conveniencia o no de mantener de forma indefinida el tratamiento. Ahora llegan los primeros datos sobre el efecto de la interrupción del tratamiento a los cinco años de su implantación en el caso del ácido alendrónico, un potente bifosfonato. Y las noticias son buenas, en el sentido de que en la mayor parte de los casos, la interrupción no desemboca en un mayor riesgo de fractura. El efecto del medicamento se mantiene aunque se deje de tomar.

El ácido alendrónico

«El efecto residual de cinco años de tratamiento con ácido alendrónico es evidente hasta cinco años después de su interrupción»

Como todo en medicina, y especialmente cuando se trata de primeros estudios, los datos hay que considerarlos con cautela y dejar su aplicación a los médicos. Sin embargo, sí es interesante ver cómo funciona el medicamento y las posibles razones para que se pueda interrumpir. Para empezar, los datos proceden de un gran ensayo clínico realizado en Estados Unidos y dedicado precisamente al estudio del efecto de una dosis diaria de ácido alendrónico sobre la densidad mineral ósea y el riesgo de fractura en mujeres posmenopáusicas con baja densidad ósea. Los efectos de continuar o no el tratamiento a partir de los cinco años y hasta los diez años se estudiaron en 1.099 mujeres, con una edad media de 73 años, aunque el periodo medio de estudio fue de sólo 3,8 años.

Los datos fueron alentadores, ya que los autores señalan en el artículo publicado en la revista Journal of the American Medical Association, JAMA, que las densitometrías y otras medidas «sugieren algún tipo de efecto residual de cinco años de tratamiento con ácido alendrónico que es evidente hasta cinco años después de su interrupción». Ya se sabía que los bifosfonatos son liberados del hueso de forma muy lenta (en un plazo de hasta 10 años) una vez que se han incorporado a él, y por ello se planteó el estudio para ver su efecto a largo plazo. Lo que se vio es que en las mujeres que interrumpieron el tratamiento (sin saberlo, ya que tomaban un placebo en vez del medicamento) aumentó ligeramente la pérdida de masa ósea pero sin retroceder hasta el nivel original (antes de empezar la terapia, casi 10 años antes).

También aumentaron ligeramente las fracturas vertebrales, pero no las de cadera. «Los resultados sugieren que para muchas mujeres, la interrupción del tratamiento a los cinco años de iniciarlo, durante otros cinco años, no aumenta de forma significativa el riesgo de fractura. Sin embargo, las mujeres con alto riesgo de fracturas vertebrales o las que tienen una densidad ósea muy baja, pueden beneficiarse de mantener el tratamiento», aseguran los investigadores.

A LARGO PLAZO

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Otra experta, Cathleen Colon-Emeric, reflexiona sobre las implicaciones de este ensayo clínico en la misma revista, Journal of the American Medical Association, y llega a la conclusión de que las mujeres que responden bien al tratamiento inicial (que muestran un aumento de entre el 3% y el 5% de la densidad mineral ósea en la cadera, y entre un 8% y un 10% de la densidad en la columna vertebral) se pueden tomar un periodo de cinco años de vacaciones, lo que, en general, mejoraría la relación entre el efecto y el coste del medicamento, que es bastante caro. Sin embargo, estas mujeres seguramente serían vigiladas más de cerca médicamente, lo que supondría un aumento del gasto sanitario.

El estudio confirma la seguridad del tratamiento con ácido alendrónico hasta los 10 años. En la actualidad se puede recetar una dosis semanal equivalente a la diaria de este medicamento. Hasta hace pocos años se pensaba que la terapia hormonal sustitutiva (el reemplazo de los estrógenos que dejan de producir los ovarios) sería la forma mejor de evitar la destrucción ósea tras la menopausia. Sin embargo, la comprobación de efectos secundarios, que no son graves aunque si significativos, ha llevado a abandonar prácticamente esta posibilidad, porque supondría aplicar esta terapia a largo plazo, lo que se desaconseja.

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