Terapias con mascotas

Enfermos de Alzheimer y niños autistas, entre otros, se benefician de estas terapias
Por Ana Eva Jiménez 22 de enero de 2003

Las mascotas contribuyen a que la vida sea más placentera y saludable, incluso en ocasiones la prolongan, al menos así lo aseguran diversos estudios científicos. Una mascota dentro del hogar ayuda a que sus propietarios olviden sus problemas por unos instantes y puede evitar que caigan en la depresión, pues al sentirse útiles y queridos de manera incondicional su nivel de estrés se reduce. Es tan patente el bien que ejercen determinados animales sobre el ser humano que últimamente está en boga la llamada “Terapia de Mascota”. Colectivos tan variados como enfermos de Alzheimer, niños autistas o pacientes con Sida se benefician de las ventajas de estas terapias.

Fuente de salud

La raza humana necesita el contacto con animales y ésta es la razón principal de la convivencia con mascotas. Pero el bienestar que aportan estos animales va más allá, pues incluso palian las deficiencias psíquicas o físicas de quienes les rodean. Tanto es así que actualmente algunos doctores, en lugar de recetar medicamentos, recomiendan tener una mascota como parte del tratamiento para diversos malestares.

Un estudio de la Asociación Americana de Hospitales para Animales (AAHA) muestra que el 92% de las personas encuestadas han obtenido mejoras de salud derivadas de la relación con sus animales de compañía. El 76% considera que su estrés ha disminuido, el 65% asegura que su salud mental es mejor y el 31% ha mejorado su condición física debido al ejercicio realizado con su mascota.

La veterinaria Itxaso Ruiz, que trabaja en contacto directo con animales en la clínica Zaindu de Leioa (Vizcaya), afirma que sin lugar a dudas las mascotas ayudan a relacionarse y a subir la autoestima. Aunque, según esta profesional del mundo animal, algunas mascotas sirven mejor para ese fin: “Las que más interrelación presentan con sus dueños son los perros y los gatos. Los perros son muy adecuados para personas con problemas de socialización, ancianos o para quienes viven solos. Los gatos son más apropiados para personas con movilidad reducida, pues no tienen que sacarles a pasear”.

La doctora Ruiz clasifica los perros en tres grupos. “Los hay de compañía, de defensa y trabajadores. Dentro de estos últimos se encuentran, por ejemplo, los perros que utilizan los invidentes y las personas que padecen epilepsia -los canes detectan cuándo su dueño va a sufrir un ataque y le avisan para que se prepare”.

Beneficios terapéuticos

La terapia asistida por animales de compañía (TAAC) se basa en la participación de animales en intervenciones terapéuticas con el fin de mejorar la salud y el bienestar humano, pues las mascotas pueden ser un valioso puente de comunicación entre el terapeuta y el paciente. De acuerdo con estudios ya realizados en la década de los setenta por el psicólogo neoyorquino Boris Levinson, el contacto con una mascota, además de ser agradable, reporta beneficios terapéuticos.

El efecto terapéutico de la terapia asistida con animales es más notorio entre los niños y los ancianos, pero también se benefician de ella individuos autistas, enfermos del corazón, personas con parálisis cerebral, pacientes con enfermedades terminales, con enfermedades mentales, con trastornos de comportamiento, la población anciana, las víctimas de violaciones? incluso existen nuevas terapias para la reinserción de delincuentes.

Hay agrupaciones e instituciones a lo largo y ancho de todo el mundo que recorren hospitales y asilos de ancianos con animales que ayudan a mejorar la salud. Básicamente se trata de que el propietario haga una visita con su animal al enfermo en su domicilio, asilo u hospital. Para llevar a cabo este cometido, siempre dependiendo de la asociación que se encargue de ello, hay varias modalidades: desde el voluntario que posee un perro y decide hacer visitas con él, hasta la asociación, más profesional, que se dedica a adiestrar a sus mascotas para este cometido y las manda en compañía de sus trabajadores.

Las sesiones pueden ser individuales o grupales y los pacientes pueden ser niños, adolescentes, ancianos, enfermos mentales, etc., lográndose beneficios increíbles en estas terapias asistidas. El animal que más se utiliza es el perro y la raza más válida, según Isabel Salama, psicóloga clínica y especialista en Terapia Asistida con Animales, es el galgo: “Son perros que se adaptan perfectamente a la terapia, debido a su naturaleza sociable y cordial, así como a su disposición dócil y comportamiento tranquilo. Su altura corporal los hace fácilmente accesibles para las personas que mantienen cama y para los residentes en sillas de ruedas”.

Estas visitas permiten que el enfermo olvide temporalmente su situación para centrarse en la visita del animal. Esta actividad ayuda a que las personas se sientan menos solas y menos deprimidas, proporciona un cambio positivo en sus rutinas y como consecuencia comienzan a ser más activas y sensibles, antes, durante y después de las visitas. Además de entretenerse, se distraen y piensan menos en su dolor o enfermedad. Es muy frecuente que las personas hablen con sus mascotas y compartan con ellas sus pensamientos y sentimientos. Los encuentros con animales también contribuyen a que aumente la socialización entre las personas que se encuentran internas, mostrándose más alegres y con mejor estado de ánimo.

Pero la opción que mejores resultados ofrece es la que convierte a los animales de compañía en residentes. Hospitales, centros geriátricos, cárceles y otros centros que requieran este tipo de terapias para sus internos adoptan, previo contacto con una fundación o entidad que realice estas labores, y aconsejados por la misma, un número determinado de animales de compañía.

Terapias con mascota en España

Julio Diez, desde el Colegio Veterinario de Madrid, constata la importancia de estas terapias y su implantación en nuestro país. “En Madrid y Barcelona hay numerosos picaderos que incluyen entre sus servicios la Hipoterapia, que está siendo muy utilizada por niños con problemas de columna o autismo”. También la Delfinoterapia tiene su lugar entre los tratamientos con animales. “Los delfines se están utilizando para ayudar a niños que padecen autismo, síndrome de Down o parálisis cerebral, como ocurre en el delfinario de Tenerife, dirigido por José Luis Barbero, que en sus 20 años de especialista ha atendido a más de mil muchachos”.

Estas dos variantes requieren de una especialización de los monitores y un adiestramiento especial de los animales, pero los resultados son excepcionales para los casos en los que son aplicadas.

Hay casos reales muy interesantes que demuestran la valía de los caballos para ayudar a personas con problemas. La revista Natural recalca el siguiente: “Una apasionada de estos animales se vio envuelta en un aparatoso accidente de tráfico, cuyo resultado fue una paraplejia. Durante mucho tiempo se resistió a montar a la que hasta entonces había sido su yegua preferida, hasta que un día, con el ánimo y la ayuda de un familiar, volvió a montar de nuevo.

Sorprendentemente comprobó que su yegua, a la que no podía guiar con sus piernas por su parálisis, se dejaba dirigir por su voz. Curiosamente, cuando otra persona montaba a esta yegua tenía que dirigirla de un modo normal, es decir, con las piernas, ya que no hacía ningún caso a la voz”. Hechos como este dejan entrever la exquisita sensibilidad y sabiduría de algunos animales que, como en este caso, contribuyen de una manera muy importante a que personas con problemas recobren las ganas de vivir.

En España hay ONGs como ANTA (Asociación Nacional de Terapias y Actividades Asistidas por Animales) o entidades como la Fundación Affinity (antes Fundación Purina), que llevan a cabo este tipo de terapias.

María Dolors Torner, directora gerente de la Fundación Affinity (antes F. Purina), apunta que “la verdadera terapia con animales es la que llevan a cabo los terapeutas de salud mental. No es necesario adiestrar perros, basta con elegir la raza que mejor se adecue al tratamiento que hay que llevar a cabo. Para una cárcel de hombres, por ejemplo, son muy apropiados los Boxer, pero para un psiquiátrico de mujeres, son preferibles los Westis (West Highland Terrier). Para los asilos, Labradores o Golden, sin duda alguna”. Si sólo se requiere un perro, eligen una hembra, y si son dos, uno de cada sexo, pero que no sean hermanos por si el centro decide que críen. “A los cachorros sí hay que adiestrarlos pero sólo en obediencia y siempre que estén destinados a lugares como asilos en los que los residentes no vayan a poder hacerlo por si mismos. Nuestra fundación es partidaria de basarse en las razas y no en los adiestramientos”, añade María Dolors Torner.

A cambio de la ayuda, la Fundación Affinity pide a los centros que midan los resultados de la intervención con animales y que compartan sus descubrimientos en los Congresos de la Fundación.

Estos congresos internacionales se vienen realizando, bajo el lema “Animales, Fuente de Salud”, desde 1991 en ciudades como Madrid y Barcelona. Presiden y componen el Comité Organizador, Catedráticos de Psiquiatría, Psicología y Veterinaria de las Universidades de Barcelona, Madrid, Navarra, Sevilla y Valencia. Los congresos se dirigen a especialistas en salud humana, médicos, psiquiatras, psicólogos clínicos, veterinarios, educadores especiales, logopedas, asistentes sociales y equipo de los centros que atienden a los pacientes mencionados.

Se han presentado importantes programas, como uno realizado en un instituto gerontológico en Santiago de Compostela, donde se desarrolló un programa de interacción entre animales y enfermos de Alzheimer, probando la disminución de conductas ansiosas y comportamientos violentos. Otro, en una residencia para la tercera edad en Barcelona, donde conviven 56 ancianos con 5 perros y un gato y donde el dinamismo en el tiempo de ocio ha aumentado considerablemente debido a la actividad que reclaman estos animales, lo cual ha mejorado el estado físico de los ancianos y ha originado un cambio positivo en su estado de ánimo.

Experiencias de otros países

La terapia asistida por animales se utiliza mucho en Estados Unidos, donde la infraestructura para poder llevarla a cabo esta muy desarrollada. Allí se realizan visitas mensuales e incluso semanales a los diferentes centros y al menos un 30% de los terapeutas incluyen perros o gatos en sus sesiones.

Los psicólogos Vladimir y María Mercedes Gessen ofrecen cifras al respecto: “En Estados Unidos hay más de 2.000 programas que utilizan animales con fines terapéuticos y en el Reino Unido hay más de 5.000 perros que visitan periódicamente los hospitales donde se atienden enfermos mentales o terminales, ayudándoles a mejorar su calidad de vida”.

En Japón y en determinadas zonas de Europa, incluso se permite a los empleados llevar a sus perros a la oficina debido al bien que ello les causa, que se refleja en el rendimiento de la empresa. Hay otros países que también están bien organizados en este campo, Isabel Salama, especialista en Terapia Asistida con Animales, da fe de la realización de equitación terapéutica y Delfinoterapia en Venezuela, Colombia, Méjico, Cuba y Chile.

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