Investigadores españoles logran regenerar piel en úlceras crónicas a partir de injertos de donantes

Han desarrollado un implante de tejido modificado genéticamente al que se la ha añadido el gen responsable del crecimiento de vasos sanguíneos
Por EROSKI Consumer 21 de enero de 2004

Investigadores del Laboratorio de Daños, Reparación e Ingeniería de Epitelios del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) han conseguido regenerar piel en úlceras crónicasa partir de injertos de donantes.

Estos expertos, dirigidos por el físico José Luis Jorcano, han desarrollado un implante de tejido modificado genéticamente al que se la ha añadido el gen VEGT, responsable del crecimiento de vasos sanguíneos. Las pruebas realizadas en ratones inmunodeprimidos, y que por tanto no rechazan implantes de piel humana, han dado resultados positivos y sus heridas han logrado cicatrizar.

Los ensayos clínicos en pacientes humanos están a punto de empezar y los resultados en ratones muestran que el trasplante de piel se adapta perfectamente, no hay rechazo e incluso es capaz de generar vasos sanguíneos, por lo que se asume como piel propia. El experto explicó que el donante ideal de piel es un niño, ya que su epidermis mantiene células madre y generan tejido más rápidamente, por lo que se pueden preparar apósitos de piel donante y colocarlos en pacientes en el momento preciso.

Las personas afectadas por úlceras crónicas (un 2% de la población española) no son muy sensibles al dolor, por lo que en ocasiones no sienten la herida hasta que es profunda, y además cicatrizan de forma muy lenta. «El trasplante de tejido modificado genéticamente permite que en un día la herida quede taponada y a partir de ahí comenzar a generar piel, es decir, dermis y epidermis. La tasa de cicatrización es del 80% en un periodo medio de seis semanas y con una media de casi seis injertos», comentó Jorcano.

Regenerar piel en quemados

Este físico y su equipo comenzaron sus investigaciones en ingeniería tisular (de tejidos) en el campo de las quemaduras. Al principio, la piel que implantaban provenía de la extracción de un trozo de piel del propio paciente que se estiraba en una malla, para implantarla posteriormente. Sin embargo, este método planteaba dos inconvenientes. Por un lado, el paciente con quemaduras muy graves en el 60% de su cuerpo tenía que sufrir otro corte con un sistema inmune muy afectado y, por otro, la piel que se obtenía era una capa muy fina, que no formaba dermis (capa inferior de la piel) y que una vez cicatrizaba quedaba en forma de cuadrícula por la malla empleada para extenderla.

Para resolver estos problemas, el CIEMAT se planteó investigar cómo crear todas las capas de la piel y terminaciones nerviosas, para lograr sensibilidad en el paciente, y a la vez regenerar una gran extensión de piel, ya que los pacientes con quemaduras en más del 60% de su cuerpo tienen un grave riesgo de morir. Así, los investigadores realizaron biopsias de la piel del paciente y mediante cultivos injertaron en la dermis fibroblastos y queratinocitos para favorecer el crecimiento acelerado de la epidermis (capa superior) y su cicatrización.

En cuatro semanas, lograron con varios centímetros de piel del paciente crear hasta dos metros cuadrados. Hasta el momento, el equipo de Jorcano ha tratado a más de 40 personas con quemaduras graves en toda España, que han logrado regenerar su propia piel gracias a los implantes.

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