La combinación de dos fármacos reduce drásticamente el progresivo agrandamiento de la próstata, según un estudio de EE.UU.

La hiperplasia benigna de próstata afecta a casi la mitad de los hombres de más de 50 años
Por EROSKI Consumer 20 de diciembre de 2003

Un estudio norteamericano revela que una terapia combinada de los fármacos finasteride y doxazosin reduce drásticamente el progresivo agrandamiento de la próstata. Conocida como hiperplasia benigna de próstata, esta enfermedad afecta a casi la mitad de los hombres de más de 50 años. Primero, obliga a orinar más veces al día, muchas veces con urgencia y en ocasiones con dificultad. Pero en sus fases más evolucionadas también provoca retención de orina, hematuria (sangre en la orina), cálculos en la vejiga e incluso insuficiencia renal al cabo de los años.

El estudio, publicado en «New England Journal of Medicine» y dirigido por John McConnell, del Centro Médico del Sudoeste de Texas, ofrece una esperanza para mejorar la calidad de vida de los mayores y evitar su paso por el quirófano. Uno de cada cuatro hombres con síntomas suele necesitar cirugía a los tres años del diagnóstico de la enfermedad.

Los médicos trataron durante cuatro años y medio a 2.047 hombres en 20 hospitales de Estados Unidos. Los voluntarios probaron la eficacia de finasteride y doxazosin en solitario o una combinación de ambos. Las tres posibilidades, a su vez, se compararon con el efecto de un placebo.

En el estudio, más extenso que otros similares, los investigadores controlaron cada tres meses los signos vitales, síntomas urinarios, flujo urinario y efectos secundarios de los medicamentos. Una vez por año se efectuaron controles rectales digitales, de orina y del suero sanguíneo del antígeno específico de la próstata (PSA), que es el análisis más útil para diagnosticar tumores precoces en la misma.

Los resultados del ensayo han sido muy llamativos, según el doctor McConnell: «Aunque podíamos prever que la combinación podría ser más eficaz que cualquier fármaco en solitario, hemos visto que la reducción del riesgo es sorprendente». Lo cierto es que el tratamiento retrasó la progresión de la enfermedad en el 66% de los pacientes, proporcionó un alivio mayor de los síntomas y mejoró el flujo urinario. En junio, otro estudio demostró que finasteride sólo redujo el riesgo en un 25% de los casos.

La hiperplasia benigna de próstata, pese a ser tan común, no hace que los varones españoles acudan más a su urólogo. De hecho, sólo el 10% de los hombres que tiene cambios en su forma de orinar va al médico.

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