La contaminación y el tabaco contribuyen a extender el asma en el mundo, según un estudio de la Iniciativa Mundial contra esta enfermedad

Esta dolencia es una de las 10 patologías que con más frecuencia afectan al ser humano
Por EROSKI Consumer 10 de mayo de 2004

La contaminación y la adicción al tabaco constituyen los dos principales factores que contribuyen a extender el asma en el mundo. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta enfermedad respiratoria de carácter crónico afecta a unos 150 millones de personas en todo el planeta. Si no se controla la patología a edades muy precoces, la evolución de la enfermedad en la etapa adulta puede acarrear graves consecuencias.

Con motivo de la celebración del Día Mundial del Asma, el pasado martes, los expertos han puesto de manifiesto que esta dolencia es una de las 10 enfermedades que con más frecuencia afectan al ser humano. Por añadidura, es la afección crónica más común en la infancia.

Los neumólogos señalan que los síntomas principales del asma son la tos persistente, la dificultad respiratoria, y los silbidos en el pecho. Un estudio patrocinado por la Iniciativa Mundial contra el Asma (GINA, por sus siglas en inglés) pone de relieve que la enfermedad está estrechamente relacionada con el desarrollo urbano de los países y los estilos de vida occidentales.

Por eso no es extraño que la incidencia de la enfermedad haya experimentado un aumento del 25% en EE.UU. desde los años 60, hasta el punto de que su prevalencia actual se coloca en el 10,9% de la población. Por delante de EE.UU. se encuentran Reino Unido, con una proporción del 15,3%, y Canadá (14,1%). España, con un 5,7% de enfermos, se encuentra por detrás de Alemania y Francia, aunque por delante de Italia.

Prioridad sanitaria

Los autores del informe, en el que han participado el Instituto de Investigación Médica de Nueva Zelanda y la Universidad británica de Southampton, alertan de que estas cifras, que no paran de crecer, deben mover a los gobiernos a tomar en serio la enfermedad y considerar su tratamiento como una prioridad sanitaria.

El informe destaca que una de cada 250 muertes que se registran en el mundo tiene que ver con esta dolencia. A pesar de que hoy en día los tratamientos son eficaces, la enfermedad asmática sigue deteriorando la calidad de vida del paciente, sobre todo si los afectados son niños. Esto se explica por la abundancia de diagnósticos incorrectos, el mal cumplimiento del tratamiento, y la poca información sobre la patología de que adolecen los enfermos. Según estimaciones de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), la mitad de los pacientes asmáticos no están diagnosticados.

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