La hormona OEA abre nuevas vías para luchar contra enfermedades del metabolismo

Podría servir como herramienta para restringir el apetito en patologías como la obesidad
Por EROSKI Consumer 5 de septiembre de 2003

La investigación llevada a cabo por la Fundación Hospital Carlos Haya de Málaga, la Universidad de California en Irvine y la Universidad Complutense de Madrid que permitió descubrir, primero, una hormona que reduce el apetito y permite la pérdida de peso y, después, el mecanismo de actuación de esa hormona, abre nuevas vías de tratamiento contra la obesidad, el colesterol, las enfermedades del hígado, la arterioesclerosis y la diabetes tipo 2.

La revista científica «Nature» publicaba ayer que nuevas pruebas de laboratorio han confirmado las virtudes de esta hormona, denominada oleiletanolamida (OEA), y se hacía eco de dicha investigación. En concreto, «Nature» abundaba en el descubrimiento de la molécula de la que se vale la hormona para saciar las ganas de comer y permitir adelgazar, además de bajar los niveles de colesterol y de los triglicéridos (grasa) en la sangre. Esa molécula se llama receptor para la proliferación de peroxisomas alfa.

El director de Investigación de la Fundación Hospital Carlos Haya y uno de los científicos autores de este estudio, Fernando Rodríguez de Fonseca, explica que «la OEA es una hormona esencial en el metabolismo, capaz de bloquear el apetito, reducir los depósitos de grasa y facilitar el adelgazamiento».

La investigación se ha llevado a cabo utilizando como cobayas ratas y ratones modificados genéticamente. Una vez comprobado en el laboratorio que la hormona no es tóxica, el siguiente paso será comenzar las pruebas con seres humanos en el plazo de un año.

Reducir el apetito

Lo más importante para Rodríguez de Fonseca es que esta investigación abre nuevas vías de tratamiento contra varios padecimientos del metabolismo. Así, la hormona podría servir como herramienta para restringir el apetito en enfermedades como la obesidad. Asimismo, permitiría tratar procesos como la arterioesclerosis, el cúmulo de grasa en el hígado, el colesterol y lograr una sustancial mejora de los diabéticos tipo 2, cuyo padecimiento está asociado a la obesidad en la edad adulta.

Las posibles utilidades terapéuticas de la hormona no se acaban aquí, sino que también podría ser útil para ayudar a la regeneración del hígado tras un trasplante o después de la extirpación de un tumor hepático.

Otra de las autoras de esta investigación, la bióloga y becaria de la Fundación Carlos Haya Antonia Serrano, asegura que la OEA también puede ayudar a la mejora de hígados de personas alcohólicas, lo que facilitaría la prevención de la cirrosis hepática.

Chocolate negro

La hormona OEA está presente en alimentos como el chocolate negro y en las semillas (frutos secos y soja). Una vez que los científicos han descubierto la molécula de la que se vale la hormona para la reducción del apetito y de las grasas en la sangre, si no surge ningún contratiempo, se podrán crear fármacos más potentes y específicos para combatir esas enfermedades que la propia OEA, afirma Rodríguez de Fonseca.

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