La ley del tabaco, ignorada en la mayoría de los grandes bares y restaurantes de España

La mayoría de los hosteleros con locales de más de cien metros cuadrados no ha adaptado sus locales a la normativa
Por EROSKI Consumer 3 de septiembre de 2006

Ni obras de reforma para acondicionar zonas separadas para fumadores ni miedo a las sanciones de hasta 10.000 euros que la ley del tabaco prevé para quienes incumplan la norma. Ese era el panorama generalizado el día en que, por imperativo legal, los locales de más de cien metros cuadrados que no han realizado aún los cambios requeridos se convertían en espacios sin humo.

Sin embargo, un paseo por las cafeterías y restaurantes de más de cien metros cuadrados de varias ciudades españolas, y una conversación con sus gerentes, hacía patente el incumplimiento mayoritario de la ley y transmitía la sensación de que, a los hosteleros, la ley les parece más bien una recomendación.

«No, no he hecho reforma para separar las zonas ni la voy a hacer, porque no hace falta. Aquí tengo unos extractores que si alguien fuma, los enciendo y el humo desaparece en un momento», explicó Agustín, dueño de un restaurante situado junto a la Gran Vía en Madrid. En el interior del local varios clientes fumaban, igual que los días anteriores, juntos y revueltos con los no fumadores, ajenos, como Agustín, a lo que el Ministerio de Sanidad había dispuesto.

En Galicia, el incumplimiento de la ley también era mayoritario. Allí, la Xunta ha decidido permitir que los establecimientos de menos de cien metros cuadrados tengan máquinas expendedoras de tabaco, al contrario de lo que preveía el decreto autonómico para desarrollar la ley estatal, algo que aumenta el sentimiento de discriminación de los propietarios de los locales mayores.

En Sevilla, sólo el 10% de los locales, según fuentes empresariales, tenía ayer espacios reservados para fumadores. En varias cafeterías, aún sin espacios acondicionados como manda la ley, los clientes fumaban como antes. La mayoría de las discotecas ha decidido prohibir fumar debido al alto coste de las obras necesarias para adaptar sus locales a la normativa, con mamparas de suelo a techo, y porque, como en casi todas las ciudades, los empresarios temen que, a medio plazo, se prohíba fumar en todos los sitios y esa inversión sea innecesaria. Los empresarios alegan que será muy difícil cumplir la norma en estos locales y temen las sanciones.

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