Contribuir al avance de la Ciencia o ayudar a otra pareja. Son dos de los posibles destinos de los embriones sobrantes de las técnicas de reproducción asistida. Las parejas son las que deciden. En España, el 49% de las que se someten a la fecundación «in vitro» opta por donar a la investigación con células madre los embriones que sobran. Sólo el 7% prefiere cederlos a otras parejas estériles.
Estos datos aparecen recogidos en un estudio del Banco Andaluz de Células Madre, publicado en la revista científica «Cell Stem Cell». Se trata del primer trabajo que refleja la decisión de los pacientes después de que la ley de reproducción asistida autorizara la investigación con embriones congelados.
Los científicos entrevistaron a un centenar de parejas con embriones conservados desde hacía al menos tres años, en algunos casos incluso más de diez. A todos se les ofreció las cuatro opciones que señala la ley: conservarlos para intentar nuevos embarazos, donarlos a parejas infértiles, cederlos para fines científicos o descongelarlos hasta su destrucción. Casi la mitad (el 49%) optó por la investigación, el 44% por conservarlos, el 7% los cedió a otras parejas con fines reproductivos y menos del 1% prefirió que se descongelaran para su destrucción.
Nadie argumentó motivos religiosos para negarse a su utilización en el laboratorio o pedir su descongelación. El 1% que optó por destruirlos, sin ningún fin, lo hizo por una mala experiencia personal, «porque el tratamiento de fertilidad fue una losa y deseaban olvidarse por completo de él».
Los motivos esgrimidos para no ceder los embriones a otras parejas tenían que ver con la sensación de tener un hijo en paradero desconocido. Algunas incluso argumentaron la posibilidad de que pudieran darse relaciones entre hermanos biológicos sin conocer su parentesco.
