La resonancia magnética se acomoda a los obesos y a claustrofóbicos

Una nueva generación de aparatos abiertos les permitirá acceder a esta tecnología
Por EROSKI Consumer 8 de diciembre de 2007

Las personas obesas y las claustrofóbicas vislumbran una luz al fondo del túnel gracias a una nueva generación de aparatos de resonancia magnética abiertos que les permite acceder a esta tecnología, haciéndoles más llevadero el mal trago.

El cilindro o túnel de los aparatos de Imágenes por Resonancia Magnética (IRM) tradicional no está adaptado para las personas corpulentas, que en el peor de los casos se ven obligadas a recurrir a los de uso veterinario, de calidad mediocre. Tampoco se recomienda para los claustrofóbicos ni para los niños de corta edad a los que les cuesta permanecer quietos durante la duración de la prueba, a no ser que lo hagan bajo anestesia general.

Los nuevos aparatos de campo abierto, sin túnel, son más caros (con precios superiores a 1,5 millones de euros en algunos de los casos) que los tradicionales, por lo cual todavía escasean en muchos países. «Permiten imágenes con la misma calidad que un túnel cerrado», explica Jean Jean Coumbaras, radiólogo en una clínica francesa.

Debido a su configuración abierta y al tamaño de la mesa de examen, los pacientes de hasta 250 kilos de peso pueden beneficiarse de estos aparatos. Además, los claustrofóbicos se libran de la sensación de asfixia y de angustia que les llevaba a interrumpir la prueba con una máquina tradicional.

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