La resonancia magnética y el escáner, los avances científicos en medicina más importantes de los últimos 25 años

Una encuesta entre médicos estadounidenses sitúa ambas innovaciones tecnológicas a la cabeza de los adelantos y descubrimientos más significativos desde 1975
Por EROSKI Consumer 1 de enero de 2002

La resonancia magnética y el escáner constituyen para los médicos los principales avances científicos que se han dado en la profesión en los últimos veinticinco años. Una encuesta realizada entre 225 internistas estadounidenses sitúa ambas innovaciones tecnológicas en la cabeza de los adelantos y descubrimientos más significativos desde 1975.

Muchos especialistas españoles también coinciden en resaltar la importancia, tanto desde el punto de vista científico como del humano, de la invención de ambos equipos de diagnóstico. Consideran, sin embargo, que la lista americana debería haber reservado un lugar más relevante para el desarrollo de los trasplantes o la investigación contra el Sida. Según dicen, la batalla contra el VIH merecería una mejor posición por tratarse ésta de la enfermedad en la que se han producido mayores progresos en menos tiempo «en toda la historia de la medicina».

La investigación americana, titulada «El valor de la innovación», fue realizada por los doctores Víctor R. Fuchs, destacado economista de la salud y profesor de la Universidad de Stanford, y Harold C. Sox, editor de la revista médica Annals of Internal Medicine (Anales de Medicina Interna). Un total de 225 prestigiosos especialistas en medicina interna de toda la geografía estadounidense recibieron en sus consultas un listado con los 30 avances más significativos, según las listas elaboradas por dos revistas especializadas, The New England Journal of Medicine (Diario Médico de Nueva Inglaterra) y Journal of the American Medical Association (Diario de la Asociación Médica Americana).

Importancia del corazón

Los especialistas consultados tuvieron que escoger los cinco o siete avances que, de no haber existido, hubieran supuesto un mayor perjuicio para los pacientes; y al revés. Los cinco o siete que menor impacto han tenido en la práctica clínica diaria. Con sus respuestas se elaboró la lista de las 30 innovaciones, una relación que abren la resonancia magnética y el escáner y la cierra el transplante de médula osea.

La relación abarca tanto pruebas diagnósticas como procedimientos quirúrgicos y familias de fármacos. La investigación relacionada con el funcionamiento del corazón es, por los resultados, la que más interesa y preocupa a los médicos estadounidenses.

Los medicamentos para la hipertensión y las operaciones quirúrgicas relacionadas con problemas coronarios, como la angioplastia y el by-pass, se sitúan en los primeros puestos de la tabla. Las nuevas generaciones de medicamentos para el tratamiento de la úlcera, de enfermedades reumáticas o los inhaladores, ya tan comunes, para los afectados por asma también ocupan lugares destacados.

Faltan los transplantes

El estudio, difundido en España a través de la revista profesional Jano, deja fuera los avances científicos alcanzados en el terreno de los transplantes, que, precisamente, han vivido sus tiempos de mayor esplendor y desarrollo en el último cuarto del siglo XX. Algo parecido ocurre con el cáncer, la segunda causa de mortalidad tras las enfermedades cardiovasculares.

Sólo se han incluido en la lista dos pruebas de diagnóstico: la mamografía, para la detección precoz de tumores de mama, y los métodos para determinar la existencia del cáncer de próstata (en el puesto 21). Curiosamente, sin embargo, figura en la posición número 28 el sildenafilo, el popular medicamento contra los problemas de erección, el Viagra.

La práctica clínica, el día a día de hospitales y centros de salud, parece haber marcado los intereses de los especialistas de EE UU, según los médicos consultados por este periódico. De hecho, el trabajo no hace ni una sola mención al hallazgo de la secuenciación del genoma humano, un descubrimiento que se espera que revolucionará la medicina en los próximos años, pero que sus ventajas no se conocen todavía en la rutina médica diaria.

La investigación realizada en Estados Unidos pone de manifiesto algo fundamental: el interés por que el trabajo fuese un fiel reflejo de la realidad médica. Los autores buscaron sólo especialistas licenciados antes de 1980 y rechazaron aquellos que, por su actividad, dedican menos de la mitad de su tiempo profesional a ver pacientes.

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