La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) señaló hoy que la tuberculosis aumenta entre la población extranjera y disminuye entre la población autóctona. Así, hace 10 años la población extranjera contabilizaba el 5% del total de afectados, mientras que ahora supera el 35%.
Este incremento se debe en gran parte a los inmigrantes, que son considerados «infectados-sanos» porque han vencido esta enfermedad en su país de origen, pero caen enfermos al llegar a España debido a las malas condiciones de vida que soportan, como explotación laboral o mala alimentación, explicó el neumólogo y miembro de la SEPAR José Antonio Caminero-Luna.
Algunos estudios han demostrado que los inmigrantes siguen reproduciendo la tasa de tuberculosis de su nación de origen incluso después de llevar dos generaciones viviendo en Europa, porque suelen formar colonias relativamente cerradas a los hábitos de vida del país en el que viven y se contagian entre ellos, indicó el experto. De esta forma, en algunos países ricos se está dando lo que se llama la doble-curva, por la que mientras en los autóctonos la tuberculosis está bajando un 50%, en los inmigrantes está aumentando en la misma proporción.
En España se están registrando unos 12.000 enfermos nuevos al año, en torno a 25 casos por cada 100.000 habitantes, lo que supone una incidencia muy superior a la media de Europa Occidental, con 8/10 casos por cada 100.000 habitantes. Por ello, el neumólogo defendió políticas dirigidas a una mayor integración social, sobre todo de cara a su atención en el sistema sanitario.