La venta de medicamentos por Internet aumenta en España aunque es ilegal y peligrosa

Un informe de la OCU revela la facilidad para comprar fármacos "online" sin ningún control
Por EROSKI Consumer 12 de abril de 2002

Internet se ha convertido en un gran supermercado de medicinas. Las páginas web son como grandes «boticas virtuales», sobre las que la legislación española es muy clara, ya que establece a través de la Ley General de Sanidad (Ley 14/1986, de 25 de abril) y la Ley del Medicamento (Ley 25/1990, de 20 de diciembre) que «la custodia, conservación y dispensación de medicamentos corresponderá a las oficinas de farmacia legalmente autorizadas o a los servicios de farmacia de los hospitales, de los centros de salud y de las estructuras de atención primaria del sistema nacional de salud».

Sin embargo, un reciente informe de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) advierte de que a través de Internet se pueden adquirir determinados medicamentos con relativa facilidad.

La OCU ha hecho un barrido de las páginas de la Red en las que se pueden encontrar medicamentos prohibidos o que requieren receta médica (sobre todo antidepresivos, anabolizantes, esteroides, adelgazantes y Viagra), y ha constatado, tras visitar más de 40 sitios de farmacias y pseudofarmacias, la facilidad para hacer la adquisición.

El feroz desarrollo del comercio electrónico en España ha hecho que cada vez se compren más artículos a través de Internet. La Red se ha convertido en una vasta superficie en la que se pueden adquirir desde discos y libros hasta alimentos, e incluso medicamentos, un mercado este último ilegal, pero que cada vez tiene más adeptos.

Peligro para el usuario

El comercio de este tipo de productos a través de Internet es una de las asignaturas pendientes del Ministerio de Sanidad, que durante el último mes ha retirado del mercado un más de un centenar de productos ilegales que se vendían como alternativas para problemas de salud.

En relación con este asunto, el viceconsejero de Ordenación Sanitaria de la Comunidad de Madrid y ex director general de Farmacia y Productos Sanitarios, Federico Plaza Piñol, se posicionaba recientemente en contra de esta práctica, que considera negativa al entender que «la vía de Internet no ofrece las suficientes garantías para el consumidor, porque cuando se accede a la compra de un fármaco en la Red no se conoce su procedencia y si realmente se corresponde con lo que se está vendiendo, es un sucedáneo o un medicamento falsificado, puesto que fuera de Europa se distribuyen así».

Plaza Piñol añade que «muchas veces sucede que, amparados por un nombre muy similar al que tenemos en España, son productos notablemente distintos, lo cual puede acarrear consecuencias perjudiciales para los pacientes, por lo que la participación del médico y el farmacéutico en la prescripción del medicamento es fundamental», indica.

Compra sin garantías

A la denuncia de la OCU se han sumado en las últimas semanas otras, como la de la Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios (AVACU), que en una nota sobre los productos adelgazantes indicaba que «muchos medicamentos y productos afines pueden ser adquiridos sin control ni garantías en Internet y otros sistemas de venta a distancia, por lo que el grado de control debe endurecerse por parte de la Administración en lo sucesivo».

En relación con el estudio de la OCU, de los sitios consultados, en los que se buscaron «medicamentos cuyo uso incontrolado puede tener efectos perjudiciales para la salud», en casi la mitad de las páginas respondieron que no distribuían a la UE ni a España, o que sólo vendían en su territorio nacional.

En estos casos, la OCU estima que «estas tiendas virtuales, conocedoras de las normas que impiden este comercio en esos países, actúan respetando la legalidad». En otros nueve sitios consultados fue reclamada la receta médica, mientras que en tres páginas hubo problemas informáticos para concretar la transacción comercial. Pero finalmente la OCU llegó a comprar dieciséis productos a través de diez páginas web.

El «boom» de la Viagra

La venta de medicamentos a través de la Red, que tuvo su auge con la irrupción en el mercado de la Viagra, es considerada por la OCU «rechazable, porque resulta peligrosa para la salud de los usuarios». Además, en el informe se hace constar también que en las páginas visitadas se ofrece una información «muy incompleta» sobre los fármacos que se venden, ya que no se habla de efectos secundarios o interacciones con otros productos.

Esa falta de información, en opinión de la OCU, «es especialmente peligrosa si pensamos que son productos que se adquieren sin control previo ni del médico, responsable del diagnóstico, ni del farmacéutico, responsable del producto». Además, normalmente los productos se compran a un precio mayor que en el mercado y llegan al consumidor sin prospecto ni envase o «camuflados», para no ser detectados en las aduanas como juguetes o productos informáticos.

Farmacias «legales»

En España ya existen varias farmacias que operan en Internet y que incluyen una «tienda virtual», como es el caso de la Farmacia Merinero de Madrid, aunque siempre respetando la legalidad, ya que los productos que ofrecen son los de parafarmacia. En este sentido, desde este establecimiento, que lleva más de medio siglo instalado en la céntrica calle Goya, explican que los productos que ofrecen en su página son «los que se pueden encontrar en cualquier tienda, como crema de afeitar y productos de parafarmacia».

Los responsables de esta farmacia abrieron su página web hace un año y aunque confiesan que no reciben demasiados pedidos por esta vía, «siempre hemos querido estar en punta de la tecnología».

En busca de soluciones

Pero las farmacias virtuales ilegales siguen comerciando con esos productos peligrosos, por lo que la Oficina Europea del Consumidor (BEUC) ha propuesto la creación de un marco regulador en la UE para buscar una solución global al tema, que trasciende las fronteras nacionales, para convertirse en «un problema de salud pública».

En este sentido, Javier Cremades, doctor en Derecho por la Universidad de Regensburg (Alemania) y pionero en el estudio del derecho de las telecomunicaciones, señala que las autoridades comunitarias ya han previsto la creación de un Grupo de Trabajo, dentro del Comité Farmacéutico, «cuya actividad será, sobre todo, instaurar un mayor control sobre estas ventas prohibidas».

Según Cremades, la venta «online» está permitida, en principio, para todo tipo de productos con excepción de aquellos que, a través de una ley específica, no sea permitida, por considerar que con su venta a través de Internet se pueda producir tal descontrol que originase unos perjuicios considerables para el consumidor.

En el ámbito sanitario, se permite la venta por Internet de aquellos productos que no exijan de receta médica a la hora de su venta. No obstante, en la actualidad está en desarrollo la creación de la «receta electrónica», un proyecto que se integra dentro del llamado «Programa para la Promoción e Identificación de Servicios Emergentes de Telecomunicaciones Avanzadas» y que facilitará estas transacciones.

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