Las autoridades sanitarias recomiendan informarse de los riesgos antes de viajar al exterior

Tratamientos farmacológicos y medidas de prevención son la mejor estrategia para garantizar nuestra salud como turistas
Por EROSKI Consumer 26 de junio de 2003

El verano y las vacaciones multiplican el número de viajes al extranjero. Cada vez son más los turistas españoles que se decantan por viajes internacionales, lo que supone que estén más expuestos a enfermedades infecciosas diferentes a las de su entorno habitual. Un pequeño problema de salud puede complicar el viaje, por lo que es importante adoptar medidas preventivas básicas.

Las autoridades sanitarias recomiendan conocer los riesgos a los que se enfrenta uno al desplazarse a países extranjeros, especialmente exóticos, e informarse de qué estrategia seguir. Es fundamental, advierten, tomar medidas antes, durante y después del viaje.

Antes del viaje

Antes de partir, los expertos recomiendan acudir a la oficina de Sanidad Exterior de su comunidad. Allí, tras comentar dónde tiene previsto viajar, le informarán sobre la situación sanitaria del país de destino, las vacunas necesarias y demás medidas preventivas que debe tener en cuenta, como uso de repelentes contra los insectos, protectores solares y normas de alimentación.

En caso de padecer alguna enfermedad, es aconsejable una visita al médico para que le facilite un informe actualizado. Además, si está sometido a un tratamiento médico, deberá llevar la cantidad suficiente de medicación o asegurarse de que podrá adquirirla en el país de destino.

En este sentido, es conveniente que se informe sobre el sistema local de asistencia sanitaria y si el país al que viaja tiene un acuerdo con España sobre prestaciones. Si no es así, lo recomendable es suscribir un seguro médico privado para que le cubra los días de estancia en su destino.

En caso de que le hayan recomendado administrarse alguna vacuna, el siguiente paso es acudir a su centro de salud, donde se la facilitarán. Algunas, como la antitetánica, las proporcionan en el propio centro. Otras, como la de la fiebre tifoidea, tendrá que comprarlas en la farmacia y luego se las pondrán en el centro.

Durante el viaje

Los alimentos y las bebidas contaminadas son la causa más frecuente de enfermedad en el viajero. No se confíe; un buen aspecto no garantiza que un alimento sea seguro. La mejor forma de cuidarse es seleccionar con atención todo lo que se come o se bebe. Existe un decálogo de medidas que se han de tener en cuenta, pero todo ello se puede resumir en el siguiente consejo: «Los alimentos: cocinados, pelados o no tomados».

Y es que «la diarrea del viajero» -dolores abdominales, náuseas, vómitos e incluso fiebre- es la enfermedad más frecuente en los turistas. Los mayores riesgos de contraer esta molesta infección se dan en países tropicales o en vías de desarrollo de África, el sur de Asia, países de Oriente Medio y Latinoamérica. Por el contrario, las zonas con menos peligro son América del Norte, Centroeuropa, Japón y Australia. El riesgo en el sur de Europa (en España es poco frecuente) y en el este es medio. Sin embargo, cumpliendo unas normas básicas se reduce el peligro de padecer esta incómoda patología y, sobre todo, se impide que nos amargue las vacaciones.

Asimismo, deberá extremar las medidas de higiene, tomar con precaución los baños (tanto los de sol como los de agua) y protegerse de las picaduras de los insectos haciendo uso de repelentes.

Después

Algunas enfermedades no se manifiestan inmediatamente (puede ocurrir que se presenten bastante tiempo después de haber regresado del viaje). En el caso de que sospeche padecer alguna patología infecciosa, avise a su médico e infórmele de que ha realizado una salida al extranjero en los últimos doce meses a una zona tropical o a un país en desarrollo.

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