Los campamentos de verano mejoran la autonomía de los jóvenes con diabetes

Los campamentos de verano para jóvenes con diabetes, que se organizan desde hace más de 50 años en España, favorecen la educación diabetológica de más de 1.300 niños
Por Laura Alemán Arteaga 12 de junio de 2019
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Imagen: serrnovik

Se acercan las vacaciones de verano para los más jóvenes, unos meses de descanso y ocio, que también pueden convertirse en una oportunidad para que sigan aprendiendo, empiecen una nueva afición o practiquen deporte. En el caso de las familias con niños con diabetes, conciliar la vida personal y laboral en esta época, con la atención especial que a menudo requieren sus hijos para el control de su patología, puede convertirse en todo un reto. Por eso, para ayudarlas, proponemos una interesante actividad: los campamentos de verano para jóvenes con diabetes, que se organizan desde hace más de 50 años en España para favorecer la educación diabetológica de más de 1.300 niños y niñas con esta patología.

Campamentos con más de 50 años de experiencia

Como narra el doctor Francisco José Díaz Cadórniga, en el informe ‘Colonias y campamentos de niños con diabetes en España: 52 años de actividad’, el primer campamento de verano se celebró en el año 1966 con un objetivo claro: mejorar los conocimientos de sus participantes sobre el manejo de la diabetes, en unas circunstancias en las que no existían los recursos actuales en lo relativo a tratamientos farmacológicos o sistemas de monitorización para el abordaje de la diabetes.

Los tiempos han cambiado y, por suerte, desde este primer campamento, han mejorado enormemente las herramientas para el control de la diabetes. No obstante, la educación diabetológica sigue siendo fundamental para los jóvenes con diabetes, y su fomento continúa siendo el motor de los más de 30 campamentos y colonias que se organizan para ellos cada año en España.

En esto coinciden tanto las personas con diabetes y sus familiares, como los profesionales sanitarios y las asociaciones de pacientes. Y así se puso de manifiesto en la última edición del encuentro digital #TuiteaDiabetes15. Para opinar y debatir sobre estas actividades y sus beneficios para los jóvenes con diabetes, la Federación Española de Diabetes (FEDE) reunió en este espacio virtual a: Andoni Lorenzo, presidente de la Federación Española de Diabetes (FEDE); Paco Pérez Labajos y Esther Galicia, como representantes de la Asociación de Diabetes del Principado de Asturias (ASDIPAS) y la Asociación Diabetes Málaga (ADIMA), respectivamente; Jesús Lérida, monitor de los campamentos de la Asociación para la Atención y Defensa del Niño y Adolescentes Diabético de Sevilla (ANADIS); y Daría Roca, enfermera educadora.

Aprender disfrutando es clave

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Imagen: mandygodbehear

Los cinco colaboradores coincidieron en señalar que los campamentos de verano no solo impulsan la educación diabetológica, sino también la autoestima de los participantes, y contribuyen a la aceptación y la normalización de la enfermedad a través del aprendizaje colaborativo. Como explicaron desde ADIMA, los jóvenes «aprenden desde la experiencia propia y de los compañeros y monitores. Además, el espacio distendido ayuda a que el aprendizaje se afiance mucho más rápido. Otro punto a favor es la motivación para aprender. Lo que allí se enseña les hace más independientes y los empoderará frente a la diabetes. Ellos son protagonistas en todo momento y eso les hace aprender mucho más fácilmente todo lo que se les explica». En este sentido, Daría Roca, apuntó a que «aprender disfrutando es clave», así como impulsar «la práctica, a partir de situaciones cotidianas, tener la oportunidad de sacarle ‘jugo’, fomentando siempre la autonomía, y participando conjuntamente en la toma de decisiones».

Esto permite que, tras la experiencia, los participantes puedan ser más autónomos en su día a día, algo esencial tanto para ellos como para sus familias. Los padres y madres de los jóvenes con diabetes al principio viven con inquietud la experiencia, pero al final resultan ser unos días de relax y, como señaló ASDIPAS, «tras la incógnita inicial de los padres, en el 90 % de los casos los participantes desean repetir». Andoni Lorenzo compartió su propia experiencia como padre de una niña con diabetes y afirmó que, «al principio sientes nervios porque llevas toda la vida encima de tu hijo con los controles, comida, colegio, etc.; pero luego, el sentimiento es de descanso y tranquilidad porque sabes que se lo pasan bien y están bien atendidos».

Y esto es, en gran parte, gracias al trabajo de todos los profesionales (enfermeras, monitores, voluntarios, etc.) que se implican en la organización de los campamentos: más de 400 personas cada año. De hecho, algunos monitores son personas con diabetes que, hace años, asistieron a los campamentos. Este es el caso de Jesús Lérida, que en el debate #TuiteaDiabetes15 lo contaba así: «Hasta hace no mucho yo era uno de esos niños. Bajo mi punto de vista, es una semana señalada en el calendario para todos. Diversión y aprendizaje sobre la patología que nos acompaña todos los días, rodeados de compañeros con la misma condición. Como sabemos, necesitamos educarnos en diabetes para llevarnos bien con ella. En los campamentos intentamos transmitir conocimientos útiles y actualizados cada año, para que los chicos dispongan de herramientas para mejorar su control, aunque yo creo que lo que marca la diferencia es la compañía».

Por todo esto, desde FEDE trabajamos año tras año para contribuir a que las asociaciones de personas con diabetes de toda España puedan seguir organizando y mejorando sus campamentos de verano y que todos los niños con diabetes, que lo deseen, puedan vivir esta experiencia. Por eso, se ha puesto en marcha un programa de becas.

Si quieres saber más, visita la agenda de actividades de nuestra web o consulta con tu asociación de diabetes más cercana.

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