Los fármacos sin genéricos y con más de diez años en el mercado se abaratarán un 20%

España se sitúa a la cabeza de los países desarrollados con mayor gasto farmacéutico por habitante
Por EROSKI Consumer 9 de junio de 2005

Los medicamentos que lleven más de diez años en el mercado y no cuenten con genéricos se les aplicará una rebaja en su precio del 20%, según establece la nueva Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios, cuyo borrador ha sido enviado para su estudio a las comunidades autónomas. La futura norma implantará un nuevo sistema de precios de referencia, que prohíbe las bonificaciones o descuentos a los farmacéuticos por parte de la industria fabricante.

De acuerdo con el Ministerio de Sanidad, el nuevo sistema de precios de referencia «generará mayores ahorros» que el anterior. A diferencia del modelo precedente, del sistema de financiación de precios no quedarán excluidos los fármacos innovadores.

De esta forma, todos los medicamentos financiados por la Sanidad Pública que lleven más de diez años en el mercado, cuenten con el mismo principio activo y tengan un genérico formarán parte de un conjunto para el que se calculará, con la media de los tres más baratos, el precio de referencia.

Las autoridades sanitarias podrán modificar el precio de una sustancia no sólo cuando cambien las circunstancias económicas o sanitarias, «sino también cuando se produzca una modificación en la valoración de su utilidad terapéutica». En la inclusión de un medicamento dentro de los fármacos financiados con dinero público primará el grado de innovación.

Con el fin de atenuar las pérdidas que puedan sufrir los laboratorios, se impondrán mecanismos para que la aplicación de las medidas sea gradual. De esta manera, si el precio de un producto se ve afectado en más de un 30%, la empresa fabricante podrá asumir toda la rebaja en un año o hacerlo a lo largo de varios, siempre que el porcentaje anual no sea inferior a ese 30%.

Dispensación

En cuanto a la dispensación, cuando se prescriba un medicamento que forme parte de un conjunto y tenga un precio igual o inferior al de referencia, el farmacéutico ofrecerá el medicamento recetado. En caso de que tenga un precio superior, se sustituirá por el genérico de menor precio y de idéntica composición. Si la prescripción se efectúa por principio activo sometido a precio de referencia, se despachará el genérico más barato.

Para fomentar el mercado de genéricos, éstos podrán adoptar una marca comercial o un nombre de fantasía. Hasta ahora, estos productos eran conocidos por el principio activo que contenían.

Los laboratorios podrán presentar la solicitud de autorización de un genérico pasados ocho años del visto bueno dado al medicamento de referencia en la UE, aunque el producto no se encuentre autorizado en España.

Para agilizar su comercialización, se excluyen del procedimiento de fijación de precios los genéricos que vayan a ser financiados entre un 30% y un 50% por debajo del precio del medicamento de referencia. También serán excluidos aquellos genéricos que vayan a ser financiados a un precio igual al de otro ya costeado con fondos públicos.

Sanidad podrá publicar los resultados de los ensayos clínicos aunque el laboratorio haya optado por no difundirlos. La divulgación de los resultados se hará si de los datos se permite concluir que el producto presenta modificaciones en su perfil de seguridad.

Gasto farmacéutico

Uno de los objetivos de la nueva ley es reducir el gasto farmacéutico, una tarea que se antoja ardua a tenor del último informe de salud de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que sitúa a España como uno de los países desarrollados que más dinero destina a fármacos. De los 30 miembros de la OCDE, nuestro país ocupa el séptimo puesto en gasto por habitante en medicamentos; sólo superado por EE.UU., Francia, Canadá, Italia e Islandia. Desde 1998 a 2003, cada español gastó, como media, 325 euros al año en recetas, frente a los 600 euros de los estadounidenses o los 493 de los franceses, los mayores consumidores.

Las últimas actuaciones del Ejecutivo, principalmente la rebaja en un 4,2% del precio de casi 4.000 fármacos, contuvieron el gasto durante el mes de marzo, pero en abril se volvió a elevar un 6,3% respecto al mismo periodo del pasado año.

El informe de la OCDE también muestra cómo la inversión en otros capítulos de la salud crece a un ritmo menor y con grandes variaciones entre países. En este sentido, España se sitúa por debajo de la media en gasto per cápita y en el noveno puesto, por la cola; sólo por delante de Portugal, República Checa, Hungría, Corea, Polonia, México o Turquía.

En cuanto al peso de la Sanidad en el Producto Interior Bruto (PIB), el estudio refleja también oscilaciones importantes, con un techo del 15% en EE.UU., seguido de Suiza, Alemania, Noruega, Islandia y Francia. España, con el 7,7%, se vuelve a situar por debajo de la media de los países más desarrollados.

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