Los oncólogos recomiendan revisiones periódicas para combatir el cáncer ginecológico

Recomiendan practicar la autoexploración para detectar cualquier anomalía o alteración
Por EROSKI Consumer 28 de abril de 2004

Los oncólogos advierten de que, en la actualidad, las revisiones periódicas son la clave para hacer frente al cáncer ginecológico, una de cuyas variedades, el de ovarios, aporta la mayor tasa de mortalidad entre la población femenina, aunque el de mama es el más frecuente.

En muchos casos, este tipo de cáncer es erradicado o controlado con el tratamiento aplicado, quirúrgico o farmacológico, según los casos. Las posibilidades de salvación son, afortunadamente, muy altas. «Todo depende del momento en que sea detectado el cáncer», afirma el doctor Juan Antonio Sánchez Nebreda, especialista en oncología ginecológica del Hospital Materno Infantil de Badajoz.

En sus estadios iniciales, cuando es descubierta la displasia, las posibilidades de éxito son casi totales, de ahí que el doctor insista en la necesidad de someterse a revisiones periódicas. «El diagnóstico precoz es, hoy por hoy, el medio más eficaz para combatir el cáncer», insiste Sánchez Nebreda.

En ese sentido, el especialista recomienda que a partir de los 40 años las mujeres acudan al ginecólogo al menos una vez al año para someterse a una citología y mamografía. En caso de existir antecedentes familiares de cáncer de mama, la visita debe adelantarse a los 35 años.

Autoexploración

Con independencia de que la mujer acuda con cierta frecuencia a su ginecólogo para ser examinada, los oncólogos recomiendan practicar la autoexploración para detectar cualquier anomalía o alteración. «Palparse los pechos una vez al mes, vigilar los síntomas, como flujo hemorrágico, dolores o pinchazos, y acudir al especialista a la menor sospecha, permite anticiparse a un posible tumor y atajar el desarrollo», precisa el médico extremeño.

En general, las mujeres tienen muy asumido que es mejor prevenir que curar y acuden con regularidad al especialista para someterse a los exámenes recomendados. Para Sánchez Nebreda, «el hecho de que hoy se detecten más cánceres de mama es indicador de que la mujer de ahora visita al ginecólogo más a menudo que sus abuelas».

Gracias a las exploraciones y pruebas que se les realizan, «el cáncer de mama se detecta cada vez más en su fase inicial, con lo que el pronóstico es más favorable», asegura Sánchez Nebreda. Del mismo modo, las citologías, capaces de detectar anomalías en el cuello de la matriz, «han originado un descenso espectacular, prácticamente la desaparición, de los cánceres del cuello uterino», comenta.

Pese a los avances de la investigación en el terreno oncológico, la ciencia todavía no puede presentar soluciones contra el cáncer. Sin embargo, las posibilidades de superación son muy elevadas, siempre, eso sí, que se actúe a tiempo.

Factor tiempo

El especialista no oculta que hay unos cánceres más mortífero que otros, aunque el factor tiempo es también determinante. «Si bien no es el de mayor incidencia, el de ovarios es el que más muertes produce. Sin duda influye el que no de la cara hasta que está avanzado. Tampoco han podido determinarse los factores de riesgo, por lo que no es posible hacer campañas preventivas», explica.

Los métodos de análisis actuales para detectar el cáncer de ovarios se basan en exploraciones ecográficas o laparotómicas, «sobre todo si hay sospecha de tumor en las determinaciones de marcadores tumorales». «En el análisis de sangre, el marcador CA 125 indicará la presencia de un tumor de ovarios», puntualiza Sánchez Nebreda.

Aunque no puede afirmarse categóricamente, existe una predisposición genética a sufrir determinados tipos de tumores. Según el ginecólogo pacense, «una mujer que hereda los genes BRCA1 y BRCA2 tiene más probabilidades de desarrollar un cáncer de mama que otra que no los tiene». Por supuesto, advierte, «hablamos de probabilidades, lo que significa que aún presentando esos genes, no implica que obligatoriamente una mujer tenga que sufrir un cáncer de mama».

La herencia genética no sería el único factor de riesgo en ese tipo de cáncer. La edad, la dieta y las condiciones de vida tienen también una importante contribución.

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